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HUMOR EN LA BIBLIA ¿SE RIE DIOS?

martes, 11 de noviembre de 2008


Por Patricia Adrianzén de Vergara


“Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo”. (Gn 21:6)
La risa es la manifestación de alegría que expresa con la boca y nuestros gestos. Es esa explosión de gozo, que se manifiesta en un sonido que muchas veces suele ser contagioso. ¡Cuánto necesitamos reir! “Algunas teorías médicas atribuyen efectos beneficiosos para la salud y el bienestar a la risa, dado que libera endorfinas. Un estudio demostró que algunos indicadores relacionados con el estrés disminuyen durante los episodios de risa, lo que apoya la teoría de que el humor alivia el estrés”.[1]



¿Se imagina usted a Dios riendo? Cuando Dios creó el universo la Biblia registra sus pensamientos: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Gn 1:31)

Imagino la sonrisa de Dios complacida al contemplar el bello escenario que había creado para el hombre. Imagino su sonrisa al escuchar a Adán nombrando a cada animal y comprobar que el hombre tenía su sello de creatividad e ingenio. Imagino la misma mirada complacida de un padre que festeja el primer triunfo de su hijo en el jardín de infantes. E imagino su risa, sí su risa, cuando llevó a la mujer a Adán y los casó en el huerto del Edén, compartiendo su dicha y asombro.

A través de la historia de la humanidad Dios ha reído con nosotros. No se ha reído de nosotros, sino ha reído con nosotros en aquellas circunstancias de felicidad. Y sin ánimo de parecer irrespetuosa considero que algunas circunstancias que él permitió u ocasionó con su poder llevan también su sello de humor. Dios hizo reír a su pueblo con grandes victorias.
¿A qué tipo de humor nos estamos refiriendo? El humor es el genio, o estado de ánimo, es la actitud que consiste en ver el lado cómico irónico de las cosas. “Menos sustantivamente, el humor o, por mejor decir, la comicidad es una forma de entretenimiento y de comunicación humana, que tiene la intención de hacer que la gente no se sienta infeliz y ría”.[2] Dios es santo y no puede ser sarcástico ni irónico pero sí demuestra genio y humor en su trato con el hombre y aún en el despliegue de su poder a su favor.[3]

Como registramos al inicio de este artículo, Dios hizo reír a una mujer de 90 años, dándole un hijo en su vejez. Dios hizo reír a Josué cuando le dio la victoria sobre Jericó, la gran ciudad amurallada imposible de conquistar, pero que fue derrotada con una curiosa estrategia. Los hombres de guerra debían dar durante seis días una vuelta a la ciudad, y al séptimo día dar siete vueltas, y cuando los sacerdotes tocaran las bocinas, el pueblo gritaría a una gran voz y las murallas caerían…(Josué 6:1-16) Y así sucedió Dios entregó la ciudad en manos de su pueblo con vueltas, fe y gritos. ¿No le parece genial el humor de Dios? Aunque sus planes puedan parecer ilógicos, si creemos a su palabra terminaremos riendo.

Algo similar le sucedió a Gedeón, cuando se enfrentó a los madianitas, estaba tan temeroso que le había pedido dos veces a Dios que le confirmaran que él salvaría a Israel por su mano. Seguramente la confianza de Gedeón, alimentada por la misericordia de Dios quien le confirmó con sus señales estaba también en ese ejército de 32,000 hombres que había logrado juntar para ir a la guerra. Pero no contaba con el buen humor de Dios que quiso darle una lección: “Y Jehová dijo a Gedeón: el pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en sus manos, no sea que se alabe Israel contra mí diciendo: Mi mano me ha salvado”. (Jueces 7:2) Entonces Dios le ordena a Gedeón que anuncie que quien tuviera temor de ir la guerra podía regresarse a su casa. Así se retiraron 22,000 y quedaron 10,000. Aunque estaban en desventaja con respecto a los madianitas Gedeón pudo haber pensado; “Bueno ahora iré la guerra con estos diez mil”. Pero Dios le dijo: “Aún es mucho el pueblo, llévalos a las aguas y allí los probaré” (Jueces 7: 4)

Dios seleccionó entonces sólo a trescientos hombres. ¿Se estaba riendo Dios de Gedeón? Pues la Biblia registra que “los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos sobre el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud” (Jueces 7:12)

 ¿Qué eran trescientos hombres para este tremendo ejército de enemigos? Pero Dios haría reír a Gedeón, quien dividió a su pequeño ejército en tres escuadrones alrededor del campamento enemigo, y tocando las trompetas y dando gritos, y quebrando sus cántaros con teas encendidas hicieron huir a todo el ejército como Dios había planificado.

No menos sorprendente es la historia del profeta Elías quien reta a los profetas de Baal, para que el pueblo inestable e incrédulo vuelva a poner su confianza en Jehová (1 Reyes 18:20-40). El profeta en esta ocasión sí llega a ser irónico y se burla de ellos, cuando claman a Baal sin obtener respuesta: “Y aconteció al mediodía que Elías se burlaba de ellos diciendo: “Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos.” (1 Reyes 18:27-28) El pueblo de Dios no necesita ni de escenas ni gritos para ser escuchado, con una oración sencilla y de corazón Jehová responde con fuego del cielo, confirmando así su presencia y omnipotencia (1 Reyes 18:36-38)


¿Estás enfrentando dificultades en la vida? ¿Has olvidado el sonido de tu risa? ¿Te atemorizan las batallas? Pídele a Dios que se ría contigo. Ora que su ingenio y su poder se manifiesten en tu vida en esos momentos difíciles. Y piensa que tal vez esa tormenta que tanto te atemoriza, no es más que el eco de su risa.


Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con estos. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres”. (Salmo 126: 2-3)

[1] Definición de risa. Wikipedia.
[2] Definición de humor. Wikipedia.
[3] Algunas expresiones que pueden considerarse sarcásticas o irónicas cuando Dios desaprueba la maldad del hombre están escritas justamente para la enseñanza y reflexión. Como cuando Dios demostró enojo porque la rebelión de su pueblo lo exasperaba y le decía que clamaran a sus ídolos.

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MUJERES VALIOSAS

lunes, 8 de septiembre de 2008

LA MADRE DE ISRAEL

Por Patricia Adrianzén de Vergara.


“Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, hasta que yo Débora me levanté, me levanté como Madre en Israel”. (Jueces 5:7)

Me gustan las mujeres con iniciativa. Aquellas que no se dejan vencer por los obstáculos ni las circunstancias, aguerridas y valientes, que saben lo que valen y pueden lograr. Me gustan las mujeres que llegan a conocerse a sí mismas, que valoran sus fortalezas y luchan con sus debilidades. Admiro a las mujeres que se levantan de sus fracasos y son capaces de volver a empezar. Pero sobre todo admiro aquellas que se muestran solidarias y que reproducen sus vidas en otros. A pesar que la historia de la humanidad no estuvo a nuestro favor y tuvieron que pasar siglos para que fuésemos reconocidas socialmente con justicia, nadie puede negar que las mujeres cumplimos siempre un rol importante. Hemos ganado batallas trascendentales como el derecho al sufragio, que ahora nadie se atrevería a cuestionar y hasta parece mentira que tuvimos que ir conquistando derechos tan elementales como ese.


Hoy la sociedad nos reconoce y hasta celebramos cada año el “Día Internacional de la Mujer”. Eso no quiere decir que muchas mujeres no tengan que seguir batallando diariamente contra injusticias, micro machismos y conductas inapropiadas de los varones. Tenemos aún mucho por hacer y conquistar pero nunca olvides mujer que eres valiosa y fuiste creada a imagen y semejanza de Dios La sociedad que describe la Biblia también era machista, sin embargo Dios se encargó de levantar mujeres que marcaran hitos en la historia de su pueblo y que tuvieron un papel preponderante. Tal es el caso de Débora, una mujer que estuvo al frente de todo un ejército y que Dios usó poderosamente para libertar a su pueblo. Una mujer que supo estar en contacto con Dios y ser sensible a su voz y a su dirección, a quien Dios le revela sus planes. ¿No te parece maravilloso?






¿Quién fue Débora? Empezaremos por explicar el significado de su nombre. El nombre “Débora” es de origen hebreo y significa “trabajadora como la abeja”.

 Débora, la mujer que aparece en el libro de los jueces, hizo honor a su nombre pues fue una mujer laboriosa, sagaz, prudente y sabia. “Dulce para sus amigos y dolorosa para sus enemigos”. Entre sus atributos resalta su íntima comunión con Dios, pues fue profetisa; es decir transmitía los mensajes de Dios al pueblo. Era juez en el tiempo en que Jabín oprimía a Israel. Se dice que se sentaba para ejercer su oficio al aire libre debajo de una palmera, o tal vez habitaba cerca de ella, lo cierto es que el pueblo acudía a ella para recibir consejo y resolver sus conflictos como a una madre que nutre y protege. Débora cumplió un rol fundamental entre su pueblo, en un tiempo de la historia de Israel de decadencia espiritual cuando estaban rodeados de muchos enemigos. Fue una mujer que respondió a las necesidades críticas de su tiempo con valentía.


Es así como es ella quien recibe directamente de Dios el plan proyectado para la liberación de Israel. En un tiempo de desesperación ella alentó al pueblo a la lucha. Como mujer no era la adecuada para ponerse al frente de un ejército, pero animó al general Barac para formar al equipo libertador hasta que obtuvieron la liberación total de Israel. Leamos sus palabras cuando se dirige a Barac:

“¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Císara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército y lo entregaré en tus manos? (Jueces 4:6-7)


Parece ser que Barac había recibido ya una orden de parte de Dios y no había hecho caso. Débora sin duda oró y oyó la voz de Dios y él le reveló sus planes. Confiada en la palabra de Dios es que anima a Barac e intenta sacarlo de su apatía espiritual y su incredulidad. Al punto que él le responde: “Si tú fueres conmigo yo iré, pero si no fueres conmigo no iré” (Jueces 4:8) Débora tuvo que vencer varios obstáculos para ir a la batalla, librar primero su propia batalla personal y de los que la rodeaban: venció el obstáculo de la indiferencia, el obstáculo de la apatía espiritual y el obstáculo del temor. A la vez, la historia de Débora nos provee de ciertas características y atributos que como mujeres podemos ejercer hoy en nuestro tiempo. Te animo a que me acompañes a examinarnos a nosotras mismas a través de su:


1) Sensibilidad social: Débora vivió en un tiempo en que el pueblo de Israel había faltado a todos sus pactos con Dios y estaban viviendo las terribles consecuencias de su apostasía. Ella describe la situación social de ese entonces en Jueces 5: 5-8: “quedaron abandonados los caminos” “se paraban por lugares torcidos” “las aldeas quedaron abandonadas en Israel”. Había un abandono total, todo había decaído, los cananeos se habían apoderado hasta de las principales rutas, los aldeanos abandonaron sus pueblos en busca de la protección de las ciudades amuralladas. Los enemigos de Israel habían logrado dejarlos sin comercio, sin labores agrícolas, sin administración, sin que pudieran atreverse a viajar, sin paz, sin armas ni ánimos para que se atrevieran a combatirlos. Fue en esta situación cuando Débora “se levanta” y asume un rol definitivo. Como mujer, ¿has hecho un análisis de la situación a tu alrededor? ¿Conoces las necesidades urgentes de quiénes te rodean? ¿Te has preguntado si puedes hacer algo personalmente para cambiar ciertas situaciones o realidades? ¿Has extendido tus fronteras más allá de tu propia familia?


2) Su valentía: “Hasta que yo Débora me levanté…” (Jue 5:7) “la guerra estaba a las puertas” (Jue 5:8). La situación era de violencia y ausencia de paz. De confusión y temor, sin embargo Débora estuvo dispuesta a ir a la batalla confiando en que Dios les había dado ya la victoria. Era una conocedora de los tiempos de Dios y no se acobardó por la magnitud de la tarea que tenía que aprender ni por los riesgos que podía correr. ¿Te has levantado ya con valentía para ser un canal de bendición a otros? ¿Sabes lo que podrías hacer por los demás? ¿Estás dispuesta a poner al servicio de Dios y de los otros tus habilidades y talentos? ¿Eres del tipo de mujer que emprende retos o de aquellas que viven lamentándose de sus propias miserias y no son capaces de mirar más allá de sí mismas? ¿Conoces el poder de tu influencia personal? ¿Conoces tus habilidades personales, dones y talentos?


3) Su amor maternal por su pueblo: “Me levanté como madre de Israel” (Jue 5:7). Es fácil amar a nuestra propia familia y desbordar todo el amor maternal en nuestros propios hijos. Pero Débora entregó también su corazón al pueblo de Dios “Mi corazón es para vosotros jefes de Israel” (Jue 5: 9). Y fue ese amor que la impulsó a animar y juntar a la tropa y a arriesgarse a ir con ellos a la batalla. Dios nos ha dado a las mujeres la capacidad de amar maternalmente y una sensibilidad especial que puede ser encauzada y multiplicada a suplir las necesidades emocionales, físicas, espirituales y materiales de otros. Débora tal vez tenía sus propios hijos pero su rol de madre trascendió a su propia familia. ¿Cuáles son los límites de tu amor? ¿Has reflexionado acerca de la indiferencia que evidenciamos frente a ciertas situaciones que nos rodean? ¿Hay necesidades urgentes que pueden suplir tu corazón de madre? Si la vida no te ha dado hijos naturales, ¿te has preguntado cómo y hacia quiénes puedes encauzar ese amor maternal inherente a tu naturaleza?


4) Su alabanza a Dios: “Load a Jehová” “Oíd reyes; escuchad oh príncipes, Yo cantaré a Jehová, Cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel” (Jue 5:2-3). Luego de la gran victoria Débora compone un Cántico Triunfal que celebra la gloriosa victoria de Israel. En él, Débora menciona la intervención sobrenatural de Dios y el hecho de que luchó a favor de Israel, y termina su poema con una oración a Dios. Busquemos la dirección de Dios para todo cuanto planeemos hacer en esta vida. Emprendamos grandes retos para él y aprendamos a darle la gloria cuando él prospere nuestros proyectos y nos de victorias personales. Débora, fue una mujer que quedó registrada en la historia de Israel, porque supo amar y combatir, y levantarse como Madre de un pueblo en un tiempo de gran necesidad a todo nivel. Quiera Dios que como mujeres y madres aprendamos a dejar huella en los corazones y vidas de quienes no rodean y nos necesitan hoy.

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