CARTA DE UNA LECTORA DE "AMIGAS"

viernes, 20 de mayo de 2011




El libro “Amigas” guarda en sus páginas una riqueza contundente, tanto por su acuosa investigación, cuyas bases incuestionables tienen como fundamento la Biblia.



Me cautiva, hasta llevarme a ser partícipe activa, no sólo por su conocimiento sino, fortaleciendo mi fe, movilizándome con esperanza y ánimo, por la vigencia de la “Palabra viva”, que no cambia. Además es un indicador valioso, de nuestra madurez espiritual y poder saber, como dice la autora “qué tan efectivas somos en nuestra perseverancia y dedicación a las personas que consideramos nuestras amigas.”



La narración en primera persona, nos acerca a la individualidad de las protagonistas y nos traslada al tiempo y al espacio, permitiendo, que el lector haga un ejercicio obligado de contextualización con la sociedad contemporánea.



Muy interesante e invalorable es la explicación de algunos verbos del griego, idioma en que fue escrito el Nuevo Testamento, para alcanzar una exacta connotación y significado de las palabras. Por ejemplo, cuando nos explica el uso del verbo “oír”, “ekouen”, la autora nos da un alcance muy rico pues en el texto original griego significaba “un presente sin interrupción”. Ella nos dice que esta palabra expresaba continuidad, y en la experiencia de María de Betania, esto significaba, que “María de continuo escuchaba al maestro, ella tenía por costumbre hacerlo.”



En esta primera historia, me gustó también mucho el mensaje tan aleccionador, bondadoso y exhortativo de Patricia, llamando a mantener una relación de calidad, como amigas con nuestras hermanas. Ella nos dice: “No permitas que el tiempo tome la dimensión de la distancia. Construye un puente que llegue al corazón de tu hermana.”



En el caso de María Magdalena, al ver llorar a Jesús por la muerte de Lázaro, nos recuerda, el amor que el Señor tuvo por la humanidad cuando nos dice refiriéndose a Jesús: “la muerte le dolía” expresión muy profunda.



Sin duda, la autora hace gala de su pluma literaria y sentimiento cristiano, al describir el sufrimiento del Señor camino al Gólgota, por su discípula y amiga, María Magdalena. Permite que mi actitud de lectora se vigorice y conmueva con este hecho, que es más que historia, trae consigo el toque de la transformación de vidas.



El propósito de la autora se cumple cuando nos va conduciendo y animando a desarrollar los dones, que fue el estilo de vida en las protagonistas y que las lectoras tienen los elementos para la aplicación de esta pedagogía reflexiva, si así lo decidieran.



Me conmueve ver como la condición de la mujer de esa sociedad, excluida y postergada, retoma su dignidad y valía personal con el toque del compañerismo de Jesús, quien les otorgó el privilegio de ser portadora del mensaje de la resurrección a estas mujeres.



El libro “Amigas” nos convoca, al mismo tiempo, a ser co-protagonistas de la misma misión que tuvieron los personajes en este tiempo y con esta sociedad.





Elsa Chignee Campos

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