RECORDANDO A CARMEN LUZ

martes, 22 de julio de 2008

Carmen Luz Bejarano “Ella con ella misma”

Por Patricia Adrianzén
Presentar a Carmen Luz Bejarano en esta noche1, fusiona en mí dos sentimientos antagónicos. Tristeza y alegría. Tristeza porque ella ya no está con nosotros, y aún las paredes de este ambiente, donde tantas veces estuvo presente, la recuerdan con su inseparable sonrisa, su espontaneidad y cariño. Y alegría porque me honran con este privilegio y estoy segura que ella estaría contenta de saber que seguimos comentando su obra.
En el año 1991 tuve la oportunidad también de dar una ponencia sobre su obra poética, en el segundo encuentro de poetas sanmarquinas. En ese entonces ella cumplía 30 años como poeta y estaba presentando su último libro “La Dama del Sosiego”. Entonces sí estuvo presente, sentada en primera fila, atenta a cada una de mis palabras, veía que ella misma se asombraba de todo lo que había inspirado y hasta donde había podido expandir su universo poético.

Esa noche, Carmen Luz recibió en vida un justo homenaje, y quisiera que estas breves palabras sean hoy también un homenaje a una poeta que, si bien es cierto, partió a la eternidad, nos ha legado una música infinita que seguirá sonando y ardiendo en nuestros corazones.
Porque la poesía de Carmen Luz es eso. Es música verbal, versos rítmicos y definitivos, tanto en la economía verbal de los poemas breves, como en los poemas largos: el ritmo dinámico y el juego sonoro trazando la imagen precisa a través de toda su obra. Armonía musical que del verso va a transferir también más tarde a la prosa.
Como bien reconociera Luis Hernán Ramírez, la poeta ostentaba “Un oficio enhebrador de la melodía”, “un placer estético resultante de la seguridad de la marcha del ritmo, del verso y del pensamiento, asentado en la perfecta trabazón dinámica y discursiva de sus miembros interiores”.Alberto Escobar también se había referido a este aspecto desde sus inicios en Abril y Lejanía:
El plasticismo y la expresividad de la sugerencia se apoyan, en la poesía de Carmen Luz Bejarano, sobre un fino sustrato musical. Con él traza contornos que reviven en la evocación, pero lo hace rehuyendo el tono mayor, casi herméticamente, en una suerte de confidencia y descubrimiento, de acceso fugaz a un círculo de memorias y apariciones mágicas”.

La vida de Carmen Luz, fue verdaderamente una “existencia en poesía”. Desde muy joven había tomado conciencia de la pasión por escribir y a desarrollar ese talento dedicó todos los días de su vida. Tuve el privilegio de acompañarla en los días finales y lo último que recuerdo que hicimos fue leer y escuchar poesía.
Ahora me piden que pinte un retrato de Carmen Luz y sé que no podré desligar mis sentimientos al pintarlo, pero les aseguro que será veraz.
Ella con ella misma era maestra. La conocí en 1979, primero como maestra en las aulas de San Marcos, y luego como maestra de la palabra. Ella tenía tanto interés en escribir como en desarrollar poetas. Eso la llevó a crear un taller juvenil literario, similar a éste, donde cada viernes podíamos reunirnos por las tardes en la ANEA (Asociación Nacional de Escritores y Artistas) unos veinte jóvenes para leer nuestros poemas y cuentos. Eran cuatro horas de aprendizaje mutuo, de donde salieron valores como Juan Carlos de la Fuente, Fernando Obregón, Eduardo Adrianzén, entre otros.

Ella con ella misma se mostró amiga. Muy lejos de la arrogancia de quien ha conquistado un espacio poético frente a quienes iniciábamos la aventura, volcó su experiencia, su conocimiento y su arte en nuestras jóvenes vidas. Con un tino y una humildad inigualable en la sugerencia, Carmen Luz nos ayudaba en la poda de nuestros versos reconociendo con una sonrisa que a ella también las palabras se le sublevaban a veces. Atesoro aquellas tardes en mi memoria, tardes de café y poesía, de libertad y expresión, de amistad y aprendizaje creador propiciadas por el amor a la poesía.

Ella con ella misma era fina y elegante. Culta e intelectual supo transferir la elegancia de su persona a la elegancia de la palabra.
Su intelectualismo pleno intensificó sus hondos sentimientos poéticos […] Podemos tipificar su poesía como una feliz combinación de tentaciones alegóricas que mezclan las experiencias cotidianas con los elementos más sutiles y finos de su fantasía. Sus mejores poemas se mueven entre una realidad externa, natural y simple y un mundo interior imaginariamente construido por ella. (Luis Hernán Ramírez)
Es por eso que en Triunfo de Ícaro y en otros poemas, podemos hallar elementos de la mitología clásica, de la pintura, de la cristiandad y hasta del mundo de la ciencia.

Ella con ella misma era solidaria como para levantar un canto por la miseria y la injusticia de la humanidad. En Juan Angurria su sensibilidad aprisiona a un personaje de la vida real y se identifica plenamente con él:
nos crecerán montañas en el vientre no nos dolerá el hambre nos dolerá la tierra la lluvia de otros huesos en una sola tierra nuestra tierra
Este personaje será una constante en su poesía y aparecerá luego también en su novela.

Ella con ella misma fue mujer. Entregó de una manera auténtica sus sentimientos más íntimos, permitiendo que penetráramos en su mundo interior y podamos disfrutar de la experiencia estética que nos brindaba su yo poético en sus roles de niña, amante, madre, amiga y hasta abuela.
Se reveló transparente en cada una de sus obras: auténtica, invitándonos siempre a ser partícipes de su mundo interior, entregando hasta sus más recónditos sentimientos e impresiones, con una generosidad y un arte inigualables.
Ella con ella misma siempre estuvo dispuesta a crecer: ensanchó su universo poético, aceptando nuevas formas de expresión. Cuando en algún momento sintió que la estructura del poema, su brevedad, no le permitían expresar ese vasto material interior que pugnaba por encontrar una nueva forma de expresión, elige la prosa. Es por eso que Carmen Luz fue versátil y pudo legar una obra literaria compleja, verso, prosa y hasta teatro.

Ella con ella misma fue intensa: Intensa en sus emociones y sentimientos, intensa al vivir se entregó a la pasión de escribir. Carmen Luz amaba profundamente la vida y supo fusionar la realidad con un mundo de fantasía coherente. Supo fusionar la resonancia melancólica por la realidad o por el pasado que ardía en su memoria, la ironía en la protesta por la injusticia, la ternura en el amor con una fuerza poética que la acompañó hasta la hora de su muerte.
Ni en la hora final pudo desligarse de su estirpe de poeta, murió con una última alegría, ver su Yazgo editado y fue enterrada abrazada a su última canción agonizante, pero no por eso menos intensa y lograda.

Ella con ella misma permanece: Aunque la acompañó hasta la hora de su muerte, la poesía de Carmen Luz, lejos de yacer sigue encantando. Y no podía ser de otra forma porque es una “poesía hecha de silencios y nostalgias y amor, mucho amor”. Como escribiera Ismael Pinto en un homenaje póstumo: “Carmen Luz cinceló como una cuidadosa y elegante orfebre toda su obra poética. Sin prisa y sin pausa fue conformándola”, para dejarnos, creo yo, su mejor herencia, su huella de vida en un canto intenso y perpetuo.
[1] Texto de una presentación que debió realizarse en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la primavera de 2000, pero que no se llevó a cabo debido a una huelga.

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HOMENAJE A UNA POETA AMIGA

Carmen Luz Bejarano poeta, maestra, narradora y amiga, dejó una huella inconfundible y profunda en quienes tuvimos el privilegio de conocerla personalmente. Y porque su “existencia en poesía” permanece en mí, quise compartir con ustedes algunas palabras que ella inspiró poco antes de dejar este mundo. Aunque como ella solía decir “las palabras se sublevan a veces”…

Por Patricia Adrianzén

“SOBERANA DE LA DUDA”

Para Carmen Luz

1

Elegí para ti una porción de luna y no tuve que violentarla para que ella misma deseara compartir contigo su luz iluminar un poco la noche en la que vives donde sólo el amor es capaz de sentir lo que intentas mantener en secreto mujer ciprés mujer de asombros ni en la hora final puedes desvestir tu estirpe de poeta y ayer comprendí que la traviesa María del Pilar sigue intentando atrapar el grito del mar en su regazo y en sus sueños juega aún a la soga con los aracantos vive todavía en ti aunque está quieta detrás de tu pupila déjame decirte que no será un útero padrastro quien te dé la bienvenida pues la hondura la ciénaga el rescoldo confluirán en un lugar de gloria a donde te guiará la fe donde hay un padre que tomó en cuenta cada una de tus lágrimas que te dio el don del canto y que te anhela y es el único capaz de transformar la orfandad en risa y tal vez tenga un ciprés sembrado para hacerte sombra allá en el cielo y aquél será el primero de un alud de asombros celestiales preparados para ti eternamente un nuevo hogar donde nada se derrumba sin dolor sin angustia sin trebejos... permíteme darte esta porción de luna llevarte de la mano a su presencia contarte de su gracia en mi vida crear en ti la expectativa de esa nueva existencia perenne de luz como tu nombre...

2

Es un enigma más el ánimo que enciende siempre tu risa a pesar del dolor heroína del miedo y la angustia un pantano bajo tus pies arena movediza te llevaron a indagar por la eternidad y descubriste que tu vida a la deriva tiene un puerto donde puedes anclar confiadamente y no te preocupes porque Dios permitirá que lleves tus gaviotas que resplandecerán mejor que nunca junto al mar de cristal que él ha creado en esa nueva tierra que no es nube sueño ni ficción como las historias que solíamos leer con el aroma del café empapando nuestros sentidos en esas tardes viernes en que maestra podabas los jardines de los jóvenes poetas y sembrabas los granos del futuro que hoy están dando fruto y cobijando otras almas sedientas de belleza porque por ti hasta en la arena germinaba la semilla ¿será por eso que no puedo desprenderme de tu canto?

3

Embarco en Ícaro para entender la imagen sideral del fuego de tu letra y descubro el mar de música que conseguiste hacer tuyo y no puedo entender como el frío del mar puede abrigar mi alma sedienta de tu canto expandir su verdor en mis entrañas aspirar esa brisa de sal inconfundible y desde entonces ya no le temo a las tormentas...

4

Amo los aracantos juguetes de tu infancia aunque nunca se los arrebaté a las aguas amo los sargazos que no encontré desparramados en la arena de mi propia orilla su color amarillo verde o carmesí su canto de viento su misterio los amo sencillamente porque me devuelven a cada instante a tu poesía los amo porque sin proponérselo ellos construyen tu imagen de mujer de luz y arena...

5

Muéstrame la ruta del ciprés y viviré más allá del verbo y la palabra podré atrapar en un instante toda tu pasión de vida aquella que no termina ni con los años ni con la muerte aquella que se reconstruye a través de la palabra y que me devuelve a ti a cada instante a tu página impresa.

6

“Soberana de la duda y la inseguridad” déjame darte una certeza una sola que te conduzca a la luz en medio de las sombras tienes razón, jamás podremos eliminar la noche, porque no fue hecha sólo para la tristeza tiene que ver también con el reposo con el sosiego que tu cuerpo necesita antes que tu alma se convierta en una estrella más del universo que la alumbre.

7

Y qué me quedará después sino seguir tu huella soñar con la caricia del mar e intentar como tú atraparlo en una sola imagen de vida para luego compartirlo con el mundo pero así como el mar devuelve los cuerpos que se roba las estrellas el musgo los sargazos hoy no sé si devolverte tus palabras es que a veces pienso que todas las hiciste tuyas que no podré crear nada que antes no hayas intentado tú en la arena.

Con amor, Nérida Patricia Adrianzén

Lima, 23 de Agosto del 2002.

De: “De pérdidas y contentamientos

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EL MUNDO ¿UN LUGAR SIN LÍMITES?

viernes, 18 de julio de 2008

¿PUEDE EL MUNDO CONVERTIRSE EN UN LUGAR SIN LÍMITES?

Por Patricia Adrianzén de Vergara.


¿Se ha preguntado usted como sería vivir en un lugar sin límites? ¿Dónde no haya un punto o línea divisoria, que indique un fin o término para la violencia y la inmoralidad?

“El lugar sin límites” es el título de una novela escrita por José Donoso, autor chileno, que retrata a una sociedad con una serie de personajes deteriorados que van hacia una destrucción que no son capaces de evitar. “El lugar sin límites” pinta un escenario de podredumbre humana, un mundo donde la prostitución, el homosexualismo, el abuso, la violencia y otros problemas sociales ahogan y asfixian. Al leer sus páginas, podemos experimentar la angustia existencial de uno de los personajes más desdichados que se pueda imaginar, un ser marginado por la sociedad, hija de una prostituta y un homosexual, quien no tiene escapatoria porque su “mundo” es ese lugar donde ya no hay límites para la conducta humana. La novela, retrata así la decadencia física, moral, espiritual y psíquica del individuo.





Examinando los problemas sociales que enfrentamos en este siglo XXI, como son: el libertinaje y abuso sexual, la violencia, la delincuencia, la corrupción, la injusticia, el terrorismo, los asesinatos aún en el seno de las familias, la depresión, entre otros…nos preguntamos: ¿es que el mundo se ha convertido en un lugar sin límites? Y lo que es peor ¿podemos habituarnos a vivir así y asumirlo como algo normal?

Dios conocía la capacidad humana para el bien y para el mal. El creó hombres y mujeres con libre albedrío pero se encargó de darnos sus leyes, de ponernos límites para una óptima convivencia humana donde apliquemos sus valores. El nos dio esas leyes para que seamos prosperados y experimentemos sus bendiciones; así se lo explicó a su pueblo cuando ellos recibieron sus mandamientos de mano de Moisés:

“Ahora pues Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?” (Deuteronomio 10:12-15).

Si el fin es nuestra prosperidad y bienestar, ¿por qué entonces tanta renuencia a obedecer sus mandamientos? Es curioso descubrir que el hombre rechaza las leyes de Dios porque las asume como un peso adicional sobre su vida, como algo tedioso que cumplir, como mandamientos sin sentido, y no se da cuenta que Dios pone límites a nuestra conducta justamente porque piensa en nuestro bienestar y prosperidad. El mismo sentido tienen las palabras de Jesús cuando dijo:

“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana”. (Mateo 11:29-30)


Jesús puede ponerse de ejemplo en este pasaje porque él mismo ha llevado un yugo aprendiendo obediencia mediante el sufrimiento. Pero nos asegura que su yugo es “cómodo, suave y ligera su carga” porque puede ayudarnos a llevarlo mediante su Espíritu. No porque sea fácil y sencillo obedecer a Dios sino porque al hacerlo nos sentiremos aliviados y hallaremos esa paz y bienestar que necesitamos. El yugo de Cristo, todos sus preceptos, se resumen en una palabra: Amor. Amar a Dios, a nuestro prójimo y obedecer sus leyes dará como resultado “ese descanso para nuestra alma”, esa paz espiritual y emocional que el mundo busca desesperadamente pero paradójicamente la aleja cada día al rechazar las leyes de Dios.


Sí, el mundo puede convertirse en “un lugar sin límites” si lo permitimos. El desenfreno empieza a desplazar a la moralidad, el relativismo a la ética, el individualismo a la nobleza, el sensualismo a la racionalidad. ¡Y no podemos quedarnos de brazos cruzados!

Es tan sencillo y a la vez tan trascendente elegir o despreciar sus mandamientos, para vivir plenamente o sucumbir ante el pecado. Reconozcamos que la raíz de los problemas sociales que enfrentamos está en ignorar y menospreciar sus mandamientos. Frente a ello, nuestra misión como cristianos es impactar con los valores del reino a una sociedad que camina sin Dios hacia la decadencia moral y espiritual. Es la misma misión que nos dejó Jesús:

“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.” (Mateo 5:14-16)

Alumbremos con nuestra conducta y ayudemos a preservar la sanidad moral de nuestra sociedad, evitemos que las generaciones siguientes piensen en un mundo con valores como una ficción, esforcémonos por legar a nuestros hijos un futuro mejor. Y tomemos en serio hoy más que nunca las palabras de Jesús: “Ustedes son la sal de la tierra” (Mateo 5:13)

Sólo así contribuiremos a evitar que el mundo se parezca cada vez más a ese “lugar sin límites”.

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ULTIMA PUBLICACIÓN DE EDICIONES VERBO VIVO

UN CURSO, UN LIBRO, UNA GUÍA, UN RECURSO PARA USTED, PARA SU IGLESIA Y PARA SUS LÍDERES
Ya salió "Construyendo Líderes" un importante libro escrito especialmente para líderes y diseñado para fomentar la madurez y efectividad dentro del liderazgo cristiano. "Construyendo Líderes" presenta una visión balanceada del liderazgo con claro desafío práctico y espiritual para todos los que desean crecer en la responsabilidad espiritual dentro del Cuerpo de Cristo. En los 30 capítulos, dentro de las cinco secciones principales, se discuten los principios esenciales para la formación del líder cristiano, incluyendo: Preparación para el liderazgo Visión Unción Motivación Fe Comunicación Ministerio de equipo. Además cada sección tiene ejercicios prácticos para desarrollar con su liderazgo. El Dr. Bob Gordon fue un respetado evangelista y maestro bíblico a nivel internacional, que falleció lamentablemente en Septiembre de 1997. Fue el Director Internacional de Kerygma Christian Ministries en Nolfolk, Inglaterra. Después de haberse graduado de la Universidad de Manchester fue capellán de la Universidad de Dirham. Se desempeñó además como profesor de Estudios del Antiguo Testamento en el London Bible College. El Dr. Gordon escribió varios libros estratégicos que han sido traducidos a muchos idiomas y distribuidos a nivel mundial. Algunos de sus títulos son: Foundations of Christian Living, Master Builders, Disciples of Jesus, 1, 2 & 3, The Disciple¨s Handbook for the Spirit-Filled Life, First Steps, Explaining the Cross, Explaining the Holy Spirit.

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¡CRISTO VENCIÓ A LA MUERTE!

lunes, 14 de julio de 2008

Por Patricia Adrianzén de Vergara

“¿Dónde está muerte tu aguijón, dónde sepulcro tu victoria?” 1 Corintios 15:55

Hoy abrí el correo electrónico y leí estas palabras:

“El día de ayer a las 10:30 p.m, el Señor decidió llevarse a su presencia a mi mamá Mónica, quien después de tener un cáncer que nadie conocía, ni ella misma durante un año; partió sin sufrir ningún dolor, mostrando Dios así su amor hacia ella y hacia nosotros”.

Siempre que recibimos la noticia que alguien muere se produce un impacto en nuestra alma. Más aún si esa persona es un ser querido alguien a quien conocimos y admiramos. Leer la nota de la muerte de esta mujer, impactó también mi corazón, ella se dedicó en esta vida a servir al Rey de reyes, quien se la llevó finalmente de una manera dulce y tierna como cuentan sus familiares.

Hablar de la muerte nunca será fácil, pues nadie está preparado para morir.

Aunque es nuestro destino, pero no el fin. Como evidencian las palabras y la paz de las personas que escribieron esta nota porque tienen la certeza de la vida eterna.

Hace poco terminé de leer la novela del escritor portugués José Saramago “Las intermitencias de la muerte”. En su ficción el autor imagina un país donde inesperadamente la muerte suspende su trabajo y la gente deja de morir. ¿Se imagina usted como reaccionaría la gente frente a la perspectiva de una vejez eterna? Pues bien este hecho en la novela primero desata una euforia colectiva, pero luego el caos y la desesperación. Ya que los hospitales con los enfermos terminales, que no morirán colapsan, igual que los asilos de ancianos y varias empresas empiezan a quebrar como las funerarias y las compañías de seguros. Se buscarán entonces formas desesperadas de cruzar la frontera para que los que tengan que morir finalmente mueran. Durante siete meses, que duró la tregua de la muerte se fueron acumulando 62,580 moribundos en ese país. Hasta que la muerte decide retornar y cambiar su táctica, ya no dejar de matar, sino enviar una semana antes una nota escrita de su puño y letra anunciando a la persona su muerte irreversible para que tenga tiempo de arreglar sus asuntos.

Saramago nos entrega nuevamente una novela bien escrita, amena, entretenida con profundas interrogantes filosóficas, pero desde la perspectiva de su ateísmo, donde Dios sigue siendo el gran ausente o el gran indiferente y dónde lamentablemente no hay una respuesta para la humanidad. Haciendo referencia al mismo pasaje bíblico con el que iniciamos el artículo él escribe:

Muerte, dónde está tu victoria, sabiendo no obstante que no recibirá respuesta, porque la muerte nunca responde, y no es porque no quiera, es sólo porque no sabe lo que ha de decir delante del mayor dolor humano”. [1]

Saramago se queda contemplando el dolor de la humanidad y no halla respuesta porque Dios y su palabra no están siendo considerados. Saramago ignora que el apóstol Pablo con esta expresión exaltaba el triunfo de la resurrección de Cristo, mofándose de la muerte, pues Jesús había conquistado para nosotros la vida eterna. Es como dijera: “Hasta ahora hemos sido tus prisioneros, pero ahora se han abierto de par en par las puertas de la cárcel y hemos quedado libres; se acabó tu dominio, se acabaron tus victorias”. [2] Y ésa es la mayor respuesta para la humanidad. Que Cristo venció a la muerte, que podemos tener victoria sobre el aguijón del pecado y que morir para nosotros será ahora pasar a los brazos del Señor.

Leer el evangelio de Juan desde la perspectiva del cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1:29), del amigo que pone su vida por los que ama (Jn 15:13), del buen pastor que entrega voluntariamente su vida por las ovejas “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar, Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar” (Jn 10:17-18), del Maestro que consuela a sus discípulos antes de partir y les promete una morada junto a él en los cielos (Jn 14:2) y del que finalmente se proclama como “la resurrección y la vida” (Jn 11:25-26) constituye la mejor respuesta a cualquier interrogante acerca de la muerte.

Jesús fue el único ser humano que caminó voluntariamente y concientemente hacia la muerte (Hch 8:32; Is 53:7-11) sabiendo que con su resurrección conquistaría para nosotros la vida eterna. Te animo, querido lector a revisar los pasajes que hemos citado en el párrafo anterior y a leer nuevamente el evangelio de Juan desde esta perspectiva. Y que luego puedas proclamar con tus labios que ¡Cristo venció a la muerte!


[1] José Saramago. Las intermitencias de la muerte. Pg 165.

[2] Comentario bíblico de Matthew Henry . pg 1633.

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