ESTA NAVIDAD CELEBREMOS AL MESIAS

martes, 2 de diciembre de 2008

"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz".
(Isaías 9:6)
"Celebremos al Mesías" es el título del nuevo libro que recientemente ha publicado Ediciones Verbo Vivo, y que esperamos sea leído por miles de personas esta Navidad.
Tomando como base la profecía de Isaías el autor profundiza en las doctrinas de la encarnación, la redención, la exaltación. Y en los ministerios del Mesías, su admirable consejo, su paternidad, su poder y su eternidad.
“Celebremos al Mesías” es una llamativa y fresca invitación literaria a mirar el lado festivo y alegre del Evangelio. Por ende a celebrar la vida del Mesías y la nuestra con entusiasmo. Pues ser seguidor del Mesías es esperanzador y agradable, aun cuando este rosal también tiene espinos.
Freddy Guerrero Rector de Seminario Teológico Nazareno Sudamericano En este libro las profecías de Isaías cobran vida y nos muestra a un Mesías a quien se le concedió el poder de gobernar no solamente al mundo sino el corazón de las personas. El es admirable en sus planes, Dios poderoso e invencible, un Padre eterno y el Príncipe de paz que necesita el mundo hoy y que necesitamos cada uno de nosotros. ¡Celebremos al Mesías! Patricia Adrianzén Mg. Ciencias de la Religión.
ACERCA DEL AUTOR
Roger Vergara Vargas es pastor principal de la iglesia Alianza Cristiana y Misionera de Pueblo Libre en la ciudad de Lima. Es Mg. en Teología, graduado de la Facultad Teológica Latinoamericana en convenio con la Universidad Evangélica de las Américas de Costa Rica (UNELA). Actualmente estudia en la Escuela Post Graduada de Ciencias Teológicas, (UNELA) y es candidato al Ph.d con el Programa Doctoral en Teología Latinoamericano.

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HUMOR EN LA BIBLIA ¿SE RIE DIOS?

martes, 11 de noviembre de 2008


Por Patricia Adrianzén de Vergara


“Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo”. (Gn 21:6)
La risa es la manifestación de alegría que expresa con la boca y nuestros gestos. Es esa explosión de gozo, que se manifiesta en un sonido que muchas veces suele ser contagioso. ¡Cuánto necesitamos reir! “Algunas teorías médicas atribuyen efectos beneficiosos para la salud y el bienestar a la risa, dado que libera endorfinas. Un estudio demostró que algunos indicadores relacionados con el estrés disminuyen durante los episodios de risa, lo que apoya la teoría de que el humor alivia el estrés”.[1]



¿Se imagina usted a Dios riendo? Cuando Dios creó el universo la Biblia registra sus pensamientos: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Gn 1:31)

Imagino la sonrisa de Dios complacida al contemplar el bello escenario que había creado para el hombre. Imagino su sonrisa al escuchar a Adán nombrando a cada animal y comprobar que el hombre tenía su sello de creatividad e ingenio. Imagino la misma mirada complacida de un padre que festeja el primer triunfo de su hijo en el jardín de infantes. E imagino su risa, sí su risa, cuando llevó a la mujer a Adán y los casó en el huerto del Edén, compartiendo su dicha y asombro.

A través de la historia de la humanidad Dios ha reído con nosotros. No se ha reído de nosotros, sino ha reído con nosotros en aquellas circunstancias de felicidad. Y sin ánimo de parecer irrespetuosa considero que algunas circunstancias que él permitió u ocasionó con su poder llevan también su sello de humor. Dios hizo reír a su pueblo con grandes victorias.
¿A qué tipo de humor nos estamos refiriendo? El humor es el genio, o estado de ánimo, es la actitud que consiste en ver el lado cómico irónico de las cosas. “Menos sustantivamente, el humor o, por mejor decir, la comicidad es una forma de entretenimiento y de comunicación humana, que tiene la intención de hacer que la gente no se sienta infeliz y ría”.[2] Dios es santo y no puede ser sarcástico ni irónico pero sí demuestra genio y humor en su trato con el hombre y aún en el despliegue de su poder a su favor.[3]

Como registramos al inicio de este artículo, Dios hizo reír a una mujer de 90 años, dándole un hijo en su vejez. Dios hizo reír a Josué cuando le dio la victoria sobre Jericó, la gran ciudad amurallada imposible de conquistar, pero que fue derrotada con una curiosa estrategia. Los hombres de guerra debían dar durante seis días una vuelta a la ciudad, y al séptimo día dar siete vueltas, y cuando los sacerdotes tocaran las bocinas, el pueblo gritaría a una gran voz y las murallas caerían…(Josué 6:1-16) Y así sucedió Dios entregó la ciudad en manos de su pueblo con vueltas, fe y gritos. ¿No le parece genial el humor de Dios? Aunque sus planes puedan parecer ilógicos, si creemos a su palabra terminaremos riendo.

Algo similar le sucedió a Gedeón, cuando se enfrentó a los madianitas, estaba tan temeroso que le había pedido dos veces a Dios que le confirmaran que él salvaría a Israel por su mano. Seguramente la confianza de Gedeón, alimentada por la misericordia de Dios quien le confirmó con sus señales estaba también en ese ejército de 32,000 hombres que había logrado juntar para ir a la guerra. Pero no contaba con el buen humor de Dios que quiso darle una lección: “Y Jehová dijo a Gedeón: el pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en sus manos, no sea que se alabe Israel contra mí diciendo: Mi mano me ha salvado”. (Jueces 7:2) Entonces Dios le ordena a Gedeón que anuncie que quien tuviera temor de ir la guerra podía regresarse a su casa. Así se retiraron 22,000 y quedaron 10,000. Aunque estaban en desventaja con respecto a los madianitas Gedeón pudo haber pensado; “Bueno ahora iré la guerra con estos diez mil”. Pero Dios le dijo: “Aún es mucho el pueblo, llévalos a las aguas y allí los probaré” (Jueces 7: 4)

Dios seleccionó entonces sólo a trescientos hombres. ¿Se estaba riendo Dios de Gedeón? Pues la Biblia registra que “los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos sobre el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud” (Jueces 7:12)

 ¿Qué eran trescientos hombres para este tremendo ejército de enemigos? Pero Dios haría reír a Gedeón, quien dividió a su pequeño ejército en tres escuadrones alrededor del campamento enemigo, y tocando las trompetas y dando gritos, y quebrando sus cántaros con teas encendidas hicieron huir a todo el ejército como Dios había planificado.

No menos sorprendente es la historia del profeta Elías quien reta a los profetas de Baal, para que el pueblo inestable e incrédulo vuelva a poner su confianza en Jehová (1 Reyes 18:20-40). El profeta en esta ocasión sí llega a ser irónico y se burla de ellos, cuando claman a Baal sin obtener respuesta: “Y aconteció al mediodía que Elías se burlaba de ellos diciendo: “Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos.” (1 Reyes 18:27-28) El pueblo de Dios no necesita ni de escenas ni gritos para ser escuchado, con una oración sencilla y de corazón Jehová responde con fuego del cielo, confirmando así su presencia y omnipotencia (1 Reyes 18:36-38)


¿Estás enfrentando dificultades en la vida? ¿Has olvidado el sonido de tu risa? ¿Te atemorizan las batallas? Pídele a Dios que se ría contigo. Ora que su ingenio y su poder se manifiesten en tu vida en esos momentos difíciles. Y piensa que tal vez esa tormenta que tanto te atemoriza, no es más que el eco de su risa.


Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con estos. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres”. (Salmo 126: 2-3)

[1] Definición de risa. Wikipedia.
[2] Definición de humor. Wikipedia.
[3] Algunas expresiones que pueden considerarse sarcásticas o irónicas cuando Dios desaprueba la maldad del hombre están escritas justamente para la enseñanza y reflexión. Como cuando Dios demostró enojo porque la rebelión de su pueblo lo exasperaba y le decía que clamaran a sus ídolos.

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Ediciones Verbo Vivo: MÁS POESÍA

lunes, 27 de octubre de 2008

Ediciones Verbo Vivo: MÁS POESÍA Poesía religiosa, poemas de muerte y vida, poesía sobre Jesús.

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MÁS POESÍA

Hace algunos años solía tener un contacto diario con la poesía. La creaba y la leía. La vida tenía un sabor especial cuando respiraba poesía. He allí la causa de mi primer libro, intenté poetizar la vida de Jesús en un pequeño poemario. Vano intento de pintar con palabras que siempre resultan insuficientes cuando se trata de fotografiar al rey de la gloria. Sin embargo comparto con ustedes algunos de esos poemas donde el tema de la muerte anuncia la vida.

Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro ven fuera" Y el que había estado muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle y dejarle ir". (Juan 11:43-44) Lázaro covertido repentinamente sólo en cuerpo nada siente es trasladado en hombros nada siente ungido con yerbas aromáticas envuelto en lienzos nada siente acariciado con dulzura bañado en lágrimas nada siente puesto en exhibición recibe el adiós de sus amigos labios que besan entrañables nada siente Cuando es llevado hasta su tumba no percibe el frío de la piedra ni la humedad de su última morada no escucha el rodar de la roca que del mundo de los vivos lo separa Lázaro cuatro días sin sentir nada mas a ti se aproxima tu maestro y a su voz que desde fuera llama todo su ser renace en un instante sientes que la vida Lázaro te inflama y a su llamado poderoso sales fuera como si de un sueño despertaras.


  "Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota, que traducido es: lugar de la Calavera. ...Y a la hora novena, Jesús clamó a gran voz diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Marcos 15:22,34) Gólgota colina inmortal cobija espasmo de muerte "Eloi, Eloi ¿Lama sabactani? "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? voz desvanecida de leve ave desvalida su vida cae bajo el peso de otras vidas y su extinto corazón sucumbe Gólgota colina inmortal de muerte coronada. "Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu" (Juan 19:30)

Muerte te aproximas sigilosa con tus filos de espada a cortar la frágil linde que separa su cuerpo de su alma muerte osada le das la puñalada y crees haber puesto punto final a esta historia. "Y como tuvieron temor y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado" . (Lucas 24:5-6) Cuando la tumba inerte lo creía poder insólito su laxitud espanta la abatida carne reverdece y el cadáver fértil se levanta y echa a andar su luz resucitada. (Del Poemario "Verbo Vivo". Febrero 1996)

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Poema "El Alfarero"

jueves, 25 de septiembre de 2008

"He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano." (Jeremías 18:6b)

Alfarero divino
no soy un error de tus manos
 concebiste buena obra
bella forma al compás de la rueda
pero el tiempo y la vida
macularon mi arcilla
y ahora estoy resquebrajada
se me escurren las aguas soy inútil vasija.

Alfarero divino, quiebra esta torpeza
tu poder ha de hacerme nuevo ser que te honre
me someto a tu arte a tu obrar en mi vida.
Alfarero, soy barro, pobre, inútil, sin brillo
 mas si tú, me retomas y me quiebras, me rompes
 sé que pronto Alfarero
surgiré en nueva forma
para darte la gloria.


(Tomado del Libro "Verbo Vivo". Febrero 1996. Autora: Patricia Adrianzén)

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jueves, 11 de septiembre de 2008

No sólo en Octubre hay Milagros

Por Patricia Adrianzén de Vergara.

“Un milagro es una intervención sobrenatural en el mundo externo, que aporta una revelación singular de la presencia y del poder de Dios”.


¿Experimentaste alguna vez esta intervención sobrenatural de Dios? ¿Sucedió algún milagro en tu vida? ¿Crees en el poder de Dios? Todo hombre y mujer en algún momento de su vida pide un milagro. Muchos obtienen respuesta, otros fuerzan las circunstancias o las interpretan de tal forma que pueda parecer que en realidad sucedió lo que esperaban. Otros más radicales niegan toda posibilidad de un obrar sobrenatural de Dios.


Entre los últimos se encuentra Oswaldo Reynoso, una de las voces más representativas de nuestra narrativa peruana, quien escribe una novela irreverente y contestataria titulada “En Octubre no hay Milagros”. En esta novela Reynoso critica una religiosidad inauténtica, de apariencia, llegando al extremo de presentar la tradicional procesión de “El Señor de los Milagros” que cada año se da en la ciudad de Lima, como un festín, una feria, un teatro de voluptuosidades en la que devotamente desfilan personajes corruptos. Tal vez Reynoso se excede en su crítica al sistema religioso y sobre abunda en relatar obscenidades e inmoralidades; pero a la vez nos encontramos con una obra que sondea las profundidades del alma del hombre sin Dios y sin Cristo, que concibe por un instante sólo a un Dios castigador.

El concepto de Dios que comunica Reynoso en su obra, se limita a una imagen a quien se le piden favores o “milagros” de acuerdo a los voluptuosos corazones y deseos impuros de los protagonistas. Para Reynoso se trata de un fraude que se utilizó para mantener por muchos años en subordinación los esclavos y un engaño total porque hay un divorcio entre la vida y la práctica religiosa de quienes aparentan devoción pero viven sin ética. No hay Dios ni milagros, la única esperanza está delegada en los hombres que quieren cambiar el mundo pero solos no pueden, por lo cual hace un llamado a unir fuerzas. Muchas susceptibilidades han sido heridas por el tema de esta novela y se le ha atribuido una intencionalidad político-antirreligiosa[1]. Pero si lo miramos desde otro punto de vista podemos percibir que Reynoso reclama un poder transformador auténtico en las vidas de las personas y sus circunstancias. ¿Está reclamando un cristianismo real que se evidencie en la vida y conducta de las personas que se identifican con Dios? El fracaso de la rebeldía individual que propone en un personaje que se arroja contra la imagen para escupirla, y su llamado a la solidaridad y a unirse a las filas militantes de la izquierda, ¿es el llamado del hombre que anhela el milagro de una sociedad sin corrupción? ¿El llamado a la acción social, es un llamado de angustia? ¿Es el anhelo por el milagro más grande en el cual no cree: la transformación del corazón del hombre? Como escribe: “…en la política sólo existen las ambiciones personales, el acomodo, y siempre será así, el hombre por naturaleza es egoísta, nunca cambiará”. [2] Nosotros sabemos que ese es justamente uno de los más grandes milagros. Que Cristo obra con su poder transformador en las vidas de hombres y mujeres que le aceptan como su Dios y Salvador personal. Y que el hombre sí puede cambiar.

¿Existen los milagros? La Biblia tiene referencias constantes a la actividad del Dios vivo en la naturaleza. Hay muchas palabras griegas y hebreas que se traducen diversamente como “milagros”, “maravillas”, “señales”, “poderosas obras”, “poderes”; acontecimientos que revelan de forma dramática esa naturaleza viva, personal de Dios, que está activo en la historia como un Redentor que salva y guía a su pueblo. Basta revisar pasajes como los siguientes:

“¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y con mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?” (Dt 4:34)

Ciertamente la historia del pueblo de Israel está ligada a la actividad de Dios como distintiva, maravillosa, portentosa, poderosa y significativa. Estos milagros y hechos maravillosos serían repetidos por los padres hacia los hijos de generación en generación. Sin embargo, muchos de ellos reaccionaron con incredulidad, lo cual ofende el corazón de Dios quien dice: “Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? (Núm 14:11) Hoy Dios tendría todo el derecho de seguir sintiéndose ofendido, ya que aparte de la incredulidad, la gente en su búsqueda desesperada de respuestas a los problemas de la vida, acude a fuentes de poder ocultistas en busca de milagros. Dios bendice a la humanidad, pero en vez de reconocer su amor y su poder se atribuyen “los milagros” a chamanes, brujos, adivinos, a “santos” creados por la imaginación popular. En el Perú tenemos casos de santos inventados que tienen tal arraigo en la mente de nuestros compatriotas que muchos de ellos han llegado a beber el agua podrida de la tumba de una muerta supuestamente santa en busca de sanidad y “milagros” particulares. ¿Por qué buscamos poder fuera de Dios? ¿Por qué no acercarse a un Dios real y verdadero? ¿Por qué no honrar al Dios de los milagros? La Biblia revela que la totalidad de la creación depende en forma constante de la actividad sostenedora de Dios, y está sujeta a su voluntad soberana : “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles…Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”…(Col 1:16-17)


¿Por qué no reconocer y darle cada día gracias por el milagro de la vida al autor de la vida? ¿Por qué nos es tan difícil descifrar el mensaje poderoso que revela su creación? “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”. (Rom 1 20-23)

A través de generaciones hemos permitido que la gloria de Dios sea trastocada. Hemos ofendido su majestad. Hemos experimentado sus milagros y bendiciones y permanecimos indiferentes. Dios hace milagros en nuestras vidas: para alimentar nuestra fe, para que ampliemos y profundicemos nuestro conocimiento de él, para autenticar su palabra, para que su reino siga siendo proclamado. Quienes creemos en un Dios personal podemos reconocer sus milagros. Hemos experimentado la actividad regeneradora del Espíritu Santo y podemos decir como el ciego de nacimiento, quien inesperadamente tuvo un encuentro con Jesús, la luz del mundo: “Una cosa sé, que yo era ciego y ahora veo” (Jn 9:25). [1] Francisco Interdonato. El Ateísmo en el mundo actual. Pg 154-157 [2] Oswaldo Reynoso. En Octubre no hay milagros. Pg 173.

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MUJERES VALIOSAS

lunes, 8 de septiembre de 2008

LA MADRE DE ISRAEL

Por Patricia Adrianzén de Vergara.


“Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, hasta que yo Débora me levanté, me levanté como Madre en Israel”. (Jueces 5:7)

Me gustan las mujeres con iniciativa. Aquellas que no se dejan vencer por los obstáculos ni las circunstancias, aguerridas y valientes, que saben lo que valen y pueden lograr. Me gustan las mujeres que llegan a conocerse a sí mismas, que valoran sus fortalezas y luchan con sus debilidades. Admiro a las mujeres que se levantan de sus fracasos y son capaces de volver a empezar. Pero sobre todo admiro aquellas que se muestran solidarias y que reproducen sus vidas en otros. A pesar que la historia de la humanidad no estuvo a nuestro favor y tuvieron que pasar siglos para que fuésemos reconocidas socialmente con justicia, nadie puede negar que las mujeres cumplimos siempre un rol importante. Hemos ganado batallas trascendentales como el derecho al sufragio, que ahora nadie se atrevería a cuestionar y hasta parece mentira que tuvimos que ir conquistando derechos tan elementales como ese.


Hoy la sociedad nos reconoce y hasta celebramos cada año el “Día Internacional de la Mujer”. Eso no quiere decir que muchas mujeres no tengan que seguir batallando diariamente contra injusticias, micro machismos y conductas inapropiadas de los varones. Tenemos aún mucho por hacer y conquistar pero nunca olvides mujer que eres valiosa y fuiste creada a imagen y semejanza de Dios La sociedad que describe la Biblia también era machista, sin embargo Dios se encargó de levantar mujeres que marcaran hitos en la historia de su pueblo y que tuvieron un papel preponderante. Tal es el caso de Débora, una mujer que estuvo al frente de todo un ejército y que Dios usó poderosamente para libertar a su pueblo. Una mujer que supo estar en contacto con Dios y ser sensible a su voz y a su dirección, a quien Dios le revela sus planes. ¿No te parece maravilloso?






¿Quién fue Débora? Empezaremos por explicar el significado de su nombre. El nombre “Débora” es de origen hebreo y significa “trabajadora como la abeja”.

 Débora, la mujer que aparece en el libro de los jueces, hizo honor a su nombre pues fue una mujer laboriosa, sagaz, prudente y sabia. “Dulce para sus amigos y dolorosa para sus enemigos”. Entre sus atributos resalta su íntima comunión con Dios, pues fue profetisa; es decir transmitía los mensajes de Dios al pueblo. Era juez en el tiempo en que Jabín oprimía a Israel. Se dice que se sentaba para ejercer su oficio al aire libre debajo de una palmera, o tal vez habitaba cerca de ella, lo cierto es que el pueblo acudía a ella para recibir consejo y resolver sus conflictos como a una madre que nutre y protege. Débora cumplió un rol fundamental entre su pueblo, en un tiempo de la historia de Israel de decadencia espiritual cuando estaban rodeados de muchos enemigos. Fue una mujer que respondió a las necesidades críticas de su tiempo con valentía.


Es así como es ella quien recibe directamente de Dios el plan proyectado para la liberación de Israel. En un tiempo de desesperación ella alentó al pueblo a la lucha. Como mujer no era la adecuada para ponerse al frente de un ejército, pero animó al general Barac para formar al equipo libertador hasta que obtuvieron la liberación total de Israel. Leamos sus palabras cuando se dirige a Barac:

“¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón; y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Císara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército y lo entregaré en tus manos? (Jueces 4:6-7)


Parece ser que Barac había recibido ya una orden de parte de Dios y no había hecho caso. Débora sin duda oró y oyó la voz de Dios y él le reveló sus planes. Confiada en la palabra de Dios es que anima a Barac e intenta sacarlo de su apatía espiritual y su incredulidad. Al punto que él le responde: “Si tú fueres conmigo yo iré, pero si no fueres conmigo no iré” (Jueces 4:8) Débora tuvo que vencer varios obstáculos para ir a la batalla, librar primero su propia batalla personal y de los que la rodeaban: venció el obstáculo de la indiferencia, el obstáculo de la apatía espiritual y el obstáculo del temor. A la vez, la historia de Débora nos provee de ciertas características y atributos que como mujeres podemos ejercer hoy en nuestro tiempo. Te animo a que me acompañes a examinarnos a nosotras mismas a través de su:


1) Sensibilidad social: Débora vivió en un tiempo en que el pueblo de Israel había faltado a todos sus pactos con Dios y estaban viviendo las terribles consecuencias de su apostasía. Ella describe la situación social de ese entonces en Jueces 5: 5-8: “quedaron abandonados los caminos” “se paraban por lugares torcidos” “las aldeas quedaron abandonadas en Israel”. Había un abandono total, todo había decaído, los cananeos se habían apoderado hasta de las principales rutas, los aldeanos abandonaron sus pueblos en busca de la protección de las ciudades amuralladas. Los enemigos de Israel habían logrado dejarlos sin comercio, sin labores agrícolas, sin administración, sin que pudieran atreverse a viajar, sin paz, sin armas ni ánimos para que se atrevieran a combatirlos. Fue en esta situación cuando Débora “se levanta” y asume un rol definitivo. Como mujer, ¿has hecho un análisis de la situación a tu alrededor? ¿Conoces las necesidades urgentes de quiénes te rodean? ¿Te has preguntado si puedes hacer algo personalmente para cambiar ciertas situaciones o realidades? ¿Has extendido tus fronteras más allá de tu propia familia?


2) Su valentía: “Hasta que yo Débora me levanté…” (Jue 5:7) “la guerra estaba a las puertas” (Jue 5:8). La situación era de violencia y ausencia de paz. De confusión y temor, sin embargo Débora estuvo dispuesta a ir a la batalla confiando en que Dios les había dado ya la victoria. Era una conocedora de los tiempos de Dios y no se acobardó por la magnitud de la tarea que tenía que aprender ni por los riesgos que podía correr. ¿Te has levantado ya con valentía para ser un canal de bendición a otros? ¿Sabes lo que podrías hacer por los demás? ¿Estás dispuesta a poner al servicio de Dios y de los otros tus habilidades y talentos? ¿Eres del tipo de mujer que emprende retos o de aquellas que viven lamentándose de sus propias miserias y no son capaces de mirar más allá de sí mismas? ¿Conoces el poder de tu influencia personal? ¿Conoces tus habilidades personales, dones y talentos?


3) Su amor maternal por su pueblo: “Me levanté como madre de Israel” (Jue 5:7). Es fácil amar a nuestra propia familia y desbordar todo el amor maternal en nuestros propios hijos. Pero Débora entregó también su corazón al pueblo de Dios “Mi corazón es para vosotros jefes de Israel” (Jue 5: 9). Y fue ese amor que la impulsó a animar y juntar a la tropa y a arriesgarse a ir con ellos a la batalla. Dios nos ha dado a las mujeres la capacidad de amar maternalmente y una sensibilidad especial que puede ser encauzada y multiplicada a suplir las necesidades emocionales, físicas, espirituales y materiales de otros. Débora tal vez tenía sus propios hijos pero su rol de madre trascendió a su propia familia. ¿Cuáles son los límites de tu amor? ¿Has reflexionado acerca de la indiferencia que evidenciamos frente a ciertas situaciones que nos rodean? ¿Hay necesidades urgentes que pueden suplir tu corazón de madre? Si la vida no te ha dado hijos naturales, ¿te has preguntado cómo y hacia quiénes puedes encauzar ese amor maternal inherente a tu naturaleza?


4) Su alabanza a Dios: “Load a Jehová” “Oíd reyes; escuchad oh príncipes, Yo cantaré a Jehová, Cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel” (Jue 5:2-3). Luego de la gran victoria Débora compone un Cántico Triunfal que celebra la gloriosa victoria de Israel. En él, Débora menciona la intervención sobrenatural de Dios y el hecho de que luchó a favor de Israel, y termina su poema con una oración a Dios. Busquemos la dirección de Dios para todo cuanto planeemos hacer en esta vida. Emprendamos grandes retos para él y aprendamos a darle la gloria cuando él prospere nuestros proyectos y nos de victorias personales. Débora, fue una mujer que quedó registrada en la historia de Israel, porque supo amar y combatir, y levantarse como Madre de un pueblo en un tiempo de gran necesidad a todo nivel. Quiera Dios que como mujeres y madres aprendamos a dejar huella en los corazones y vidas de quienes no rodean y nos necesitan hoy.

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PARA LOS QUE AMAN LAS PALABRAS

martes, 2 de septiembre de 2008


Estuve leyendo después de muchos años "Confieso que he vivido" de Pablo Neruda, uno de mis poetas favoritos, del cual puedo decir que "guardo silencio ante su poesía", y que reconozco como maestro y artesano por excelencia de las palabras. Leer sus memorias significó en esta ocasión volver a dialogar con el poeta y con la poesía. Para muestra un botón, el texto donde él se refiere a "las palabras" inspiró en mi esta reflexión que quiero compartir con ustedes.


EL PODER DE LAS PALABRAS Y LA ETERNIDAD DE LA PALABRA DE DIOS

Por Patricia Adrianzén de Vergara


“…Todo lo que usted quiera, sí Señor, pero son las palabras, las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas…las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… las agarro al vuelo cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como ágatas, como algas, como aceitunas”...[1]


Para Pablo Neruda, poeta chileno, (premio nobel de literatura 1971), las palabras son más que un conjunto de sonidos articulados y-o representaciones gráficas que expresan una idea o concepto. Para Neruda las palabras son su materia prima, el preciado instrumento de trabajo, siente que puede beber las palabras y moldearlas, darles forma hasta lograr con ellas su mejor poema.
Neruda se acerca tiernamente al ser amado a través de las palabras que pueden sonar a música en los oídos de una mujer enamorada:


“Para que tú me oigas
Mis palabras Se adelgazan a veces
Como las huellas de las gaviotas en las playas.
Collar, cascabel ebrio
Para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.

Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.

Todo lo llenas, tú, todo lo llenas.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.

(Fragmento del Poema V)


Con las palabras, Pablo Neruda logró crear poemas inolvidables, como el que citamos. Por eso consideraba las palabras “más valiosas que el oro que se llevaron a España”. [2] Así es como un creador tiene la facultad de sentir el valor de las palabras…

¿Sabía usted que Dios también consideró de importancia suprema a las palabras?

Por su palabra fue creado el universo: “Y dijo Dios, sea la luz y fue la luz”. (Gn 1:3) como también lo confirma el Nuevo Testamento: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que no era, fue hecho de lo que no se veía”( Heb 11:3) y esa misma palabra es la que sigue sustentando: “…el cual siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3).

La palabra de Dios siempre fue, es y será poderosa. Nada puede compararse con la palabra de Dios.
Es interesante notar que Dios da tanto valor a la palabra oral pero a la vez también a su palabra escrita. Ya que él mismo escribió y reconoce la escritura como un poderoso instrumento para influir en las personas. El quiso legar a su pueblo su ley escribiendo de su propia mano, sí, Dios se preocupó por escribir por si mismo el testimonio de las palabras que anhelaba que su pueblo recordara y pusiera por obra:

“Y dio a Moisés cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios” (Exodo 31:18)
“Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas”. (Exodo 32:16)

¡Qué privilegio más grande el del pueblo de Israel, ser receptores de las palabras escritas por Dios mismo! Lamentablemente cuando Moisés descendió del Monte, encontró que el pueblo de Dios se había desviado y estaban adorando a un becerro de oro, entonces ardiendo en ira quebró las tablas de sus manos al pie del monte. (Ex 32:19)


Pero una vez recibido el castigo y habiéndose arrepentido el pueblo, Dios decide darles una nueva oportunidad, lo cual confirma que él consideraba de vital importancia que ellos recibieran por escrito su ley:

“Y Jehová dijo a Moisés: Alístate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste”. (Exodo 34:1)

¿Por qué Dios insistía en dejar escrito el testimonio de su ley? Porque al reconciliarse nuevamente con su pueblo quería manisfestarles su buena voluntad, confirmar su pacto y su comunión con ellos. Dios a través del tiempo ha querido escribir siempre su ley en nuestros corazones. E inspiró a los autores de las escrituras (2 Tim 3:16) para revelarnos su voluntad.

A lo largo de mi vida he podido comprobar que sus palabras trascienden y superan cualquier propósito humano, porque tienen:

a) Un poder transformador: “Porque como desciende de los cielos la lluvia, y no vuelve allá, sino que riega la tierra y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello en que la envié”. (Isaías 55:11)

b) Un poder santificador: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. (Jn 17:17) “Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”. “¿Con qué limpiará el joven su camino, con guardar tu palabra” (Sal 119:9)

c) Un poder confrontador : “Al oírla muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?...El Espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. (Jn 6:60 y 6:63)

d) Un poder de juicio: “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado ella le juzgará en el día postrero. (Jn 12:48)

e) Un poder reconciliador: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Jn 14:23)

f) Un poder intercesor :”Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis y os será hecho”. (Jn 15:7)

g) Un poder eterno: “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán” (Mr 13:31)
Como escritora también trabajo con las palabras. Y estoy de acuerdo con Neruda cuando se refiere con ternura a ellas cuando dice: “Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, pluma, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río”, como el poeta amo las palabras y puedo referirme a ellas con el mismo cariño y admiración. Pero no puedo dejar de reconocer que por más belleza que logremos crear con ellas, por más que logremos combinarlas y usarlas con los más nobles propósitos, nada se compara al poder de la palabra de Dios. Porque ningún escrito humano, ninguna obra monumental, puede penetrar hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos “porque la palabra de Dios, es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Heb 4:12). Sólo a ella podemos asirnos en momentos difíciles como reconoce el salmista cuando dice:

“Abatida hasta el polvo está mi alma, vivifícame según tu palabra”. (Sal 119:25) “Se deshace mi alma de ansiedad, susténtame según tu palabra” (Sal 119:28).


Querido lector si estás buscando un rumbo diferente a tu vida, acude a esta palabra, que como dice el salmista y hemos experimentado a lo largo de los siglos millones de personas: “Lámpara es a nuestros pies su palabra y lumbrera a nuestro camino” (Sal 119:105) Te animo a vivir la inolvidable experiencia de adquirir sabiduría para la vida de esta bendita palabra porque “La exposición de sus palabras alumbra, hace entender a los simples” (Salmo 119:130). Y está a nuestro alcance.
[1] Pablo Neruda. Confieso que he vivido. Pg 62. [2] Ibid pg 63

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UN GRITO DE AUDACIA EN LA LITERATURA LATINOAMERICANA


LA NOVELA DEL DICTADOR, UN GRITO DE AUDACIA EN LA LITERATURA LATINOAMERICANA


Por Patricia Adrianzén de Vergara.

“Algunas veces se dice que no se le puede confiar al hombre el gobierno de sí mismo. ¿Puede entonces confiársele el gobierno de los demás? "

(Thomas Jefferson)


Desde hace algunos años hablamos de democracia en América Latina, pero las crisis que afrontan nuestros países nos lleva a preguntarnos si verdaderamente la vivimos. ¿Las democracias corruptas son verdaderas democracias? Lo cierto es que la figura del dictador corrupto ha emergido desde nuestros pueblos, porque como dice la cita con la que iniciamos esta reflexión, “no puede confiársele el gobierno de los demás a quien aún no ha aprendido a gobernarse a sí mismo”.

La literatura latinoamericana en el siglo XX, ha producido textos audaces y políticamente agudos en respuesta a la corrupción y al abuso de poder. La ficción histórica ha creado un sub género, denominado “la novela del dictador”. Algunos títulos de este estilo temático son El Señor Presidente de Miguel Angel Asturias (obra que lo llevó a obtener el premio Nobel en 1967) quien afirmaba que:

“la novela es el único medio de hacer conocer al mundo las necesidades y las aspiraciones del pueblo al que pertenece”.[1] Fenómenos como el terror, el miedo, el servilismo, componentes de una dictadura están muy bien expresados en El Señor Presidente, Asturias intentó despertar la conciencia del pueblo, satirizando y denunciando los poderes despóticos.




Otras obras de este género son: El reino de este mundo de Alejo Carpentier, La sombra del Caudillo de Luis Martín Guzmán, La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa. El Yo supremo de Roa Bastos. Las raíces más profundas de los pueblos hispanoamericanos están reflejadas en estas obras, cuyos escritores intentan despertar la conciencia universal de libertad de las naciones partiendo de las necesidades y las aspiraciones de los pueblos que a través de los años han sido explotados por algún tipo de dictadura.

Aunque estas novelas fueron escritas tomando como referencia personajes reales en cierto espacio y tiempo definidos, son obras que mantienen una vigencia y tienen universalidad en América Latina y en todos los lugares donde hay dictadura. Terminan siendo una metáfora de la lucha contra el autoritarismo y tal vez el grito más audaz de protesta que se levanta.

¿Dictadura en la Biblia? Si bien es cierto “la mayoría de los gobiernos comienzan por la ambición de un príncipe que codicia gobernar, pero la monarquía de Israel comenzó por la ambición de un pueblo que codició ser gobernado”[2]. La historia bíblica registra el momento en que el pueblo de Israel desechó el gobierno directo de Dios y pidió un rey que los gobierne pues querían ser como las otras naciones:

“Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron y vinieron a Ramá para ver a Samuel y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones…y Samuel oró a Dios” (1 Sam 8:4-6)

Resulta interesante que la primera respuesta de Dios a este pedido del pueblo es decirle a Samuel que les advierta “cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos”, cuan duras habrían de ser las condiciones de la monarquía (1 Sam 8:9) pues Dios ya sabía los efectos del poder en el corazón del hombre:

“Dijo pues: Así hará el rey que reine sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día. Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras”. (1 Sam 8:11-20)

El pueblo se obstinó en su demanda. Ellos querían un rey con pompa exterior y poder ostentoso. Indirectamente era una queja contra el gobierno y el honor de Dios. El régimen de Israel había sido hasta entonces una teocracia, un gobierno divino. Los jueces recibían directamente de Dios su llamamiento y su comisión y los asuntos de la nación estaban bajo la dirección de Dios. Las cosas cambiarían con la monarquía como lo comprueba el largo historial de reyes que gobernaron bajo sus propios principios y cedieron ante la corrupción del poder, conforme al modelo de los reyes de las otras naciones. La historia comprueba también que la degeneración moral del monarca influía directamente en la prosperidad de la nación. Muchos sistemas y regimenes se han sucedido desde entonces. Las libertades básicas y los derechos humanos han sido constantemente violados. Lo cierto es que no podemos confiar ni en el sistema. Tal vez ya no es aceptado el dictador prototipo pero se sigue pensando que la solución es que nos gobierne un hombre que muestre “la mano dura”.

¿Seguimos eligiendo entre democracias corruptas y dictadores corruptos? James Madison dijo: “La esencia del Gobierno es el poder; y el poder, radicado, como debe estarlo en manos humanas, siempre estará expuesto a ser empleado para abusar”.


Estamos a las puertas de un nuevo periodo presidencial. La incertidumbre, la decepción y la frustración, nos llevan al pesimismo, tal vez a imaginar que pronto seremos los protagonistas de otra novela del dictador y que no podemos dar un grito más audaz. Pero sí hay esperanza. Hay esperanza porque la Biblia habla de un Dios soberano “que quita y pone reyes”. Porque tenemos la convicción que finalmente Dios es el rey de la historia. Y mientras esperamos la instauración del único gobierno justo, de paz y equidad cuando Cristo regrese por segunda vez, tenemos la responsabilidad de ser la sal y la luz de la tierra. Siguiendo su ejemplo y recordando su enseñanza de vida:

“Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos” (Mr 10:42-45).


¡Jesús el rey de Reyes y Señor y de señores, la antítesis del Dictador! [1] http:// www.geocities.com/ma_asturias/inicio/obras.html [2] Mathew Henry. Comentario Bíblico. Pg 294.

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A CASI UN AÑO DEL TERREMOTO

viernes, 1 de agosto de 2008


PANES, PANES Y MÁS PANES “El que da el verdadero pan del cielo es mi Padre. El pan de Dios es el baja del cielo y da vida al mundo. –Señor- le pidieron-,danos siempre ese pan. -Yo soy el pan de vida-declaró Jesús-. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed”. (Juan 6: 32-35)

Se nos ocurrió en casa luego de ver las imágenes en la televisión de la gente que no tenía que comer. Si nos organizábamos bien, podíamos preparar mil raciones de alimentos. Mi esposo lo anunció a la iglesia, él viajaría a la zona afectada por el terremoto llevando la ayuda solidaria que habíamos logrado recolectar, pero además queríamos llevar mil desayunos. Había mucha gente que no probaba alimento desde el día del terremoto. Logramos juntar el dinero y se mandaron a hacer mil bizcochos, se compraron mil panes, mil tajadas de queso y la misma cantidad de cajitas de leche y jugo. Y allí empezó nuestro trabajo. Un equipo de diez personas entre las que nos encontrábamos mis pequeñas hijas y yo. Panes, panes y más panes. Había que abrirlos, ponerles el queso, embolsarlos, junto a los bizcochos y la leche o el jugo. Mil quinientas raciones. Las horas se pasaban y no lográbamos terminar.

Pero nos animaba la idea de que al día siguiente un niño hambriento pudiera desayunar, un anciano desesperado pudiera tener un poco de esperanza, una madre que no había probado bocado para no quitar de la boca lo poco que tenía para sus hijos, pudiera alimentarse también… Recordé la escena de la multiplicación de los panes. Jesús oró y el pan se multiplicó y más de cinco mil personas fueron saciadas. Aún sobraron doce cestas llenas…Panes, panes y más panes… Aquella gente que comió ese pan siguió a Jesús hasta la otra orilla del lago. Querían comer otra vez. Jesús conocía las intenciones de sus corazones y les dijo:

“ Ciertamente les aseguro que ustedes me buscan, no porque han visto señales sino porque comieron pan hasta llenarse. Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del Hombre”. (Jn 6:26-27).

Me emociona pensar que Jesús les estaba dando la clave de la vida eterna mostrándose como el pan de vida, pero ellos no entendieron. Solamente pensaban en volver a comer y le respondieron:
“¿Y qué señal harás para que la veamos y te creamos? ¿Qué puedes hacer? Insistieron ellos.-Nuestro antepasados comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer”.- (Jn 6: 30-31)

¿Habían sido saciados pero querían comer otra vez? ¿Habían visto la señal y tan pronto la olvidaron? ¿Tenían ante sus ojos al pan de vida y no pudieron verlo? Jesús sólo les pedía que creyeran y no creyeron. Sucede cada día, se rechaza a Jesús a cada instante. Se busca satisfacer las necesidades temporales y se olvidan de su necesidad espiritual. Volví a pensar en la gente que recibiría los panes que con tanto amor preparábamos. Si pudiéramos llevarles además el pan de vida…si fuéremos capaces de saciar también su hambre espiritual. Jesús era el único que tenía la capacidad de hacer ambas cosas, Jesús el pan de vida. Lograron repartir los desayunos en las zonas dónde aún no había llegado el alimento.

El pastor de la localidad sigue repartiendo víveres y abrigo, pero a la vez, predica también la esperanza en una zona desvastada. Esta generación también espera una señal para creer. Sentada sobre sus escombros no percibe aún el amor de Dios que se derrama y se derrama desde el cielo cuando cualquiera de nosotros se dispone a cumplir el gran mandamiento de amar a nuestro prójimo.

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RECORDANDO A CARMEN LUZ

martes, 22 de julio de 2008

Carmen Luz Bejarano “Ella con ella misma”

Por Patricia Adrianzén
Presentar a Carmen Luz Bejarano en esta noche1, fusiona en mí dos sentimientos antagónicos. Tristeza y alegría. Tristeza porque ella ya no está con nosotros, y aún las paredes de este ambiente, donde tantas veces estuvo presente, la recuerdan con su inseparable sonrisa, su espontaneidad y cariño. Y alegría porque me honran con este privilegio y estoy segura que ella estaría contenta de saber que seguimos comentando su obra.
En el año 1991 tuve la oportunidad también de dar una ponencia sobre su obra poética, en el segundo encuentro de poetas sanmarquinas. En ese entonces ella cumplía 30 años como poeta y estaba presentando su último libro “La Dama del Sosiego”. Entonces sí estuvo presente, sentada en primera fila, atenta a cada una de mis palabras, veía que ella misma se asombraba de todo lo que había inspirado y hasta donde había podido expandir su universo poético.

Esa noche, Carmen Luz recibió en vida un justo homenaje, y quisiera que estas breves palabras sean hoy también un homenaje a una poeta que, si bien es cierto, partió a la eternidad, nos ha legado una música infinita que seguirá sonando y ardiendo en nuestros corazones.
Porque la poesía de Carmen Luz es eso. Es música verbal, versos rítmicos y definitivos, tanto en la economía verbal de los poemas breves, como en los poemas largos: el ritmo dinámico y el juego sonoro trazando la imagen precisa a través de toda su obra. Armonía musical que del verso va a transferir también más tarde a la prosa.
Como bien reconociera Luis Hernán Ramírez, la poeta ostentaba “Un oficio enhebrador de la melodía”, “un placer estético resultante de la seguridad de la marcha del ritmo, del verso y del pensamiento, asentado en la perfecta trabazón dinámica y discursiva de sus miembros interiores”.Alberto Escobar también se había referido a este aspecto desde sus inicios en Abril y Lejanía:
El plasticismo y la expresividad de la sugerencia se apoyan, en la poesía de Carmen Luz Bejarano, sobre un fino sustrato musical. Con él traza contornos que reviven en la evocación, pero lo hace rehuyendo el tono mayor, casi herméticamente, en una suerte de confidencia y descubrimiento, de acceso fugaz a un círculo de memorias y apariciones mágicas”.

La vida de Carmen Luz, fue verdaderamente una “existencia en poesía”. Desde muy joven había tomado conciencia de la pasión por escribir y a desarrollar ese talento dedicó todos los días de su vida. Tuve el privilegio de acompañarla en los días finales y lo último que recuerdo que hicimos fue leer y escuchar poesía.
Ahora me piden que pinte un retrato de Carmen Luz y sé que no podré desligar mis sentimientos al pintarlo, pero les aseguro que será veraz.
Ella con ella misma era maestra. La conocí en 1979, primero como maestra en las aulas de San Marcos, y luego como maestra de la palabra. Ella tenía tanto interés en escribir como en desarrollar poetas. Eso la llevó a crear un taller juvenil literario, similar a éste, donde cada viernes podíamos reunirnos por las tardes en la ANEA (Asociación Nacional de Escritores y Artistas) unos veinte jóvenes para leer nuestros poemas y cuentos. Eran cuatro horas de aprendizaje mutuo, de donde salieron valores como Juan Carlos de la Fuente, Fernando Obregón, Eduardo Adrianzén, entre otros.

Ella con ella misma se mostró amiga. Muy lejos de la arrogancia de quien ha conquistado un espacio poético frente a quienes iniciábamos la aventura, volcó su experiencia, su conocimiento y su arte en nuestras jóvenes vidas. Con un tino y una humildad inigualable en la sugerencia, Carmen Luz nos ayudaba en la poda de nuestros versos reconociendo con una sonrisa que a ella también las palabras se le sublevaban a veces. Atesoro aquellas tardes en mi memoria, tardes de café y poesía, de libertad y expresión, de amistad y aprendizaje creador propiciadas por el amor a la poesía.

Ella con ella misma era fina y elegante. Culta e intelectual supo transferir la elegancia de su persona a la elegancia de la palabra.
Su intelectualismo pleno intensificó sus hondos sentimientos poéticos […] Podemos tipificar su poesía como una feliz combinación de tentaciones alegóricas que mezclan las experiencias cotidianas con los elementos más sutiles y finos de su fantasía. Sus mejores poemas se mueven entre una realidad externa, natural y simple y un mundo interior imaginariamente construido por ella. (Luis Hernán Ramírez)
Es por eso que en Triunfo de Ícaro y en otros poemas, podemos hallar elementos de la mitología clásica, de la pintura, de la cristiandad y hasta del mundo de la ciencia.

Ella con ella misma era solidaria como para levantar un canto por la miseria y la injusticia de la humanidad. En Juan Angurria su sensibilidad aprisiona a un personaje de la vida real y se identifica plenamente con él:
nos crecerán montañas en el vientre no nos dolerá el hambre nos dolerá la tierra la lluvia de otros huesos en una sola tierra nuestra tierra
Este personaje será una constante en su poesía y aparecerá luego también en su novela.

Ella con ella misma fue mujer. Entregó de una manera auténtica sus sentimientos más íntimos, permitiendo que penetráramos en su mundo interior y podamos disfrutar de la experiencia estética que nos brindaba su yo poético en sus roles de niña, amante, madre, amiga y hasta abuela.
Se reveló transparente en cada una de sus obras: auténtica, invitándonos siempre a ser partícipes de su mundo interior, entregando hasta sus más recónditos sentimientos e impresiones, con una generosidad y un arte inigualables.
Ella con ella misma siempre estuvo dispuesta a crecer: ensanchó su universo poético, aceptando nuevas formas de expresión. Cuando en algún momento sintió que la estructura del poema, su brevedad, no le permitían expresar ese vasto material interior que pugnaba por encontrar una nueva forma de expresión, elige la prosa. Es por eso que Carmen Luz fue versátil y pudo legar una obra literaria compleja, verso, prosa y hasta teatro.

Ella con ella misma fue intensa: Intensa en sus emociones y sentimientos, intensa al vivir se entregó a la pasión de escribir. Carmen Luz amaba profundamente la vida y supo fusionar la realidad con un mundo de fantasía coherente. Supo fusionar la resonancia melancólica por la realidad o por el pasado que ardía en su memoria, la ironía en la protesta por la injusticia, la ternura en el amor con una fuerza poética que la acompañó hasta la hora de su muerte.
Ni en la hora final pudo desligarse de su estirpe de poeta, murió con una última alegría, ver su Yazgo editado y fue enterrada abrazada a su última canción agonizante, pero no por eso menos intensa y lograda.

Ella con ella misma permanece: Aunque la acompañó hasta la hora de su muerte, la poesía de Carmen Luz, lejos de yacer sigue encantando. Y no podía ser de otra forma porque es una “poesía hecha de silencios y nostalgias y amor, mucho amor”. Como escribiera Ismael Pinto en un homenaje póstumo: “Carmen Luz cinceló como una cuidadosa y elegante orfebre toda su obra poética. Sin prisa y sin pausa fue conformándola”, para dejarnos, creo yo, su mejor herencia, su huella de vida en un canto intenso y perpetuo.
[1] Texto de una presentación que debió realizarse en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la primavera de 2000, pero que no se llevó a cabo debido a una huelga.

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HOMENAJE A UNA POETA AMIGA

Carmen Luz Bejarano poeta, maestra, narradora y amiga, dejó una huella inconfundible y profunda en quienes tuvimos el privilegio de conocerla personalmente. Y porque su “existencia en poesía” permanece en mí, quise compartir con ustedes algunas palabras que ella inspiró poco antes de dejar este mundo. Aunque como ella solía decir “las palabras se sublevan a veces”…

Por Patricia Adrianzén

“SOBERANA DE LA DUDA”

Para Carmen Luz

1

Elegí para ti una porción de luna y no tuve que violentarla para que ella misma deseara compartir contigo su luz iluminar un poco la noche en la que vives donde sólo el amor es capaz de sentir lo que intentas mantener en secreto mujer ciprés mujer de asombros ni en la hora final puedes desvestir tu estirpe de poeta y ayer comprendí que la traviesa María del Pilar sigue intentando atrapar el grito del mar en su regazo y en sus sueños juega aún a la soga con los aracantos vive todavía en ti aunque está quieta detrás de tu pupila déjame decirte que no será un útero padrastro quien te dé la bienvenida pues la hondura la ciénaga el rescoldo confluirán en un lugar de gloria a donde te guiará la fe donde hay un padre que tomó en cuenta cada una de tus lágrimas que te dio el don del canto y que te anhela y es el único capaz de transformar la orfandad en risa y tal vez tenga un ciprés sembrado para hacerte sombra allá en el cielo y aquél será el primero de un alud de asombros celestiales preparados para ti eternamente un nuevo hogar donde nada se derrumba sin dolor sin angustia sin trebejos... permíteme darte esta porción de luna llevarte de la mano a su presencia contarte de su gracia en mi vida crear en ti la expectativa de esa nueva existencia perenne de luz como tu nombre...

2

Es un enigma más el ánimo que enciende siempre tu risa a pesar del dolor heroína del miedo y la angustia un pantano bajo tus pies arena movediza te llevaron a indagar por la eternidad y descubriste que tu vida a la deriva tiene un puerto donde puedes anclar confiadamente y no te preocupes porque Dios permitirá que lleves tus gaviotas que resplandecerán mejor que nunca junto al mar de cristal que él ha creado en esa nueva tierra que no es nube sueño ni ficción como las historias que solíamos leer con el aroma del café empapando nuestros sentidos en esas tardes viernes en que maestra podabas los jardines de los jóvenes poetas y sembrabas los granos del futuro que hoy están dando fruto y cobijando otras almas sedientas de belleza porque por ti hasta en la arena germinaba la semilla ¿será por eso que no puedo desprenderme de tu canto?

3

Embarco en Ícaro para entender la imagen sideral del fuego de tu letra y descubro el mar de música que conseguiste hacer tuyo y no puedo entender como el frío del mar puede abrigar mi alma sedienta de tu canto expandir su verdor en mis entrañas aspirar esa brisa de sal inconfundible y desde entonces ya no le temo a las tormentas...

4

Amo los aracantos juguetes de tu infancia aunque nunca se los arrebaté a las aguas amo los sargazos que no encontré desparramados en la arena de mi propia orilla su color amarillo verde o carmesí su canto de viento su misterio los amo sencillamente porque me devuelven a cada instante a tu poesía los amo porque sin proponérselo ellos construyen tu imagen de mujer de luz y arena...

5

Muéstrame la ruta del ciprés y viviré más allá del verbo y la palabra podré atrapar en un instante toda tu pasión de vida aquella que no termina ni con los años ni con la muerte aquella que se reconstruye a través de la palabra y que me devuelve a ti a cada instante a tu página impresa.

6

“Soberana de la duda y la inseguridad” déjame darte una certeza una sola que te conduzca a la luz en medio de las sombras tienes razón, jamás podremos eliminar la noche, porque no fue hecha sólo para la tristeza tiene que ver también con el reposo con el sosiego que tu cuerpo necesita antes que tu alma se convierta en una estrella más del universo que la alumbre.

7

Y qué me quedará después sino seguir tu huella soñar con la caricia del mar e intentar como tú atraparlo en una sola imagen de vida para luego compartirlo con el mundo pero así como el mar devuelve los cuerpos que se roba las estrellas el musgo los sargazos hoy no sé si devolverte tus palabras es que a veces pienso que todas las hiciste tuyas que no podré crear nada que antes no hayas intentado tú en la arena.

Con amor, Nérida Patricia Adrianzén

Lima, 23 de Agosto del 2002.

De: “De pérdidas y contentamientos

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EL MUNDO ¿UN LUGAR SIN LÍMITES?

viernes, 18 de julio de 2008

¿PUEDE EL MUNDO CONVERTIRSE EN UN LUGAR SIN LÍMITES?

Por Patricia Adrianzén de Vergara.


¿Se ha preguntado usted como sería vivir en un lugar sin límites? ¿Dónde no haya un punto o línea divisoria, que indique un fin o término para la violencia y la inmoralidad?

“El lugar sin límites” es el título de una novela escrita por José Donoso, autor chileno, que retrata a una sociedad con una serie de personajes deteriorados que van hacia una destrucción que no son capaces de evitar. “El lugar sin límites” pinta un escenario de podredumbre humana, un mundo donde la prostitución, el homosexualismo, el abuso, la violencia y otros problemas sociales ahogan y asfixian. Al leer sus páginas, podemos experimentar la angustia existencial de uno de los personajes más desdichados que se pueda imaginar, un ser marginado por la sociedad, hija de una prostituta y un homosexual, quien no tiene escapatoria porque su “mundo” es ese lugar donde ya no hay límites para la conducta humana. La novela, retrata así la decadencia física, moral, espiritual y psíquica del individuo.





Examinando los problemas sociales que enfrentamos en este siglo XXI, como son: el libertinaje y abuso sexual, la violencia, la delincuencia, la corrupción, la injusticia, el terrorismo, los asesinatos aún en el seno de las familias, la depresión, entre otros…nos preguntamos: ¿es que el mundo se ha convertido en un lugar sin límites? Y lo que es peor ¿podemos habituarnos a vivir así y asumirlo como algo normal?

Dios conocía la capacidad humana para el bien y para el mal. El creó hombres y mujeres con libre albedrío pero se encargó de darnos sus leyes, de ponernos límites para una óptima convivencia humana donde apliquemos sus valores. El nos dio esas leyes para que seamos prosperados y experimentemos sus bendiciones; así se lo explicó a su pueblo cuando ellos recibieron sus mandamientos de mano de Moisés:

“Ahora pues Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?” (Deuteronomio 10:12-15).

Si el fin es nuestra prosperidad y bienestar, ¿por qué entonces tanta renuencia a obedecer sus mandamientos? Es curioso descubrir que el hombre rechaza las leyes de Dios porque las asume como un peso adicional sobre su vida, como algo tedioso que cumplir, como mandamientos sin sentido, y no se da cuenta que Dios pone límites a nuestra conducta justamente porque piensa en nuestro bienestar y prosperidad. El mismo sentido tienen las palabras de Jesús cuando dijo:

“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana”. (Mateo 11:29-30)


Jesús puede ponerse de ejemplo en este pasaje porque él mismo ha llevado un yugo aprendiendo obediencia mediante el sufrimiento. Pero nos asegura que su yugo es “cómodo, suave y ligera su carga” porque puede ayudarnos a llevarlo mediante su Espíritu. No porque sea fácil y sencillo obedecer a Dios sino porque al hacerlo nos sentiremos aliviados y hallaremos esa paz y bienestar que necesitamos. El yugo de Cristo, todos sus preceptos, se resumen en una palabra: Amor. Amar a Dios, a nuestro prójimo y obedecer sus leyes dará como resultado “ese descanso para nuestra alma”, esa paz espiritual y emocional que el mundo busca desesperadamente pero paradójicamente la aleja cada día al rechazar las leyes de Dios.


Sí, el mundo puede convertirse en “un lugar sin límites” si lo permitimos. El desenfreno empieza a desplazar a la moralidad, el relativismo a la ética, el individualismo a la nobleza, el sensualismo a la racionalidad. ¡Y no podemos quedarnos de brazos cruzados!

Es tan sencillo y a la vez tan trascendente elegir o despreciar sus mandamientos, para vivir plenamente o sucumbir ante el pecado. Reconozcamos que la raíz de los problemas sociales que enfrentamos está en ignorar y menospreciar sus mandamientos. Frente a ello, nuestra misión como cristianos es impactar con los valores del reino a una sociedad que camina sin Dios hacia la decadencia moral y espiritual. Es la misma misión que nos dejó Jesús:

“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.” (Mateo 5:14-16)

Alumbremos con nuestra conducta y ayudemos a preservar la sanidad moral de nuestra sociedad, evitemos que las generaciones siguientes piensen en un mundo con valores como una ficción, esforcémonos por legar a nuestros hijos un futuro mejor. Y tomemos en serio hoy más que nunca las palabras de Jesús: “Ustedes son la sal de la tierra” (Mateo 5:13)

Sólo así contribuiremos a evitar que el mundo se parezca cada vez más a ese “lugar sin límites”.

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ULTIMA PUBLICACIÓN DE EDICIONES VERBO VIVO

UN CURSO, UN LIBRO, UNA GUÍA, UN RECURSO PARA USTED, PARA SU IGLESIA Y PARA SUS LÍDERES
Ya salió "Construyendo Líderes" un importante libro escrito especialmente para líderes y diseñado para fomentar la madurez y efectividad dentro del liderazgo cristiano. "Construyendo Líderes" presenta una visión balanceada del liderazgo con claro desafío práctico y espiritual para todos los que desean crecer en la responsabilidad espiritual dentro del Cuerpo de Cristo. En los 30 capítulos, dentro de las cinco secciones principales, se discuten los principios esenciales para la formación del líder cristiano, incluyendo: Preparación para el liderazgo Visión Unción Motivación Fe Comunicación Ministerio de equipo. Además cada sección tiene ejercicios prácticos para desarrollar con su liderazgo. El Dr. Bob Gordon fue un respetado evangelista y maestro bíblico a nivel internacional, que falleció lamentablemente en Septiembre de 1997. Fue el Director Internacional de Kerygma Christian Ministries en Nolfolk, Inglaterra. Después de haberse graduado de la Universidad de Manchester fue capellán de la Universidad de Dirham. Se desempeñó además como profesor de Estudios del Antiguo Testamento en el London Bible College. El Dr. Gordon escribió varios libros estratégicos que han sido traducidos a muchos idiomas y distribuidos a nivel mundial. Algunos de sus títulos son: Foundations of Christian Living, Master Builders, Disciples of Jesus, 1, 2 & 3, The Disciple¨s Handbook for the Spirit-Filled Life, First Steps, Explaining the Cross, Explaining the Holy Spirit.

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¡CRISTO VENCIÓ A LA MUERTE!

lunes, 14 de julio de 2008

Por Patricia Adrianzén de Vergara

“¿Dónde está muerte tu aguijón, dónde sepulcro tu victoria?” 1 Corintios 15:55

Hoy abrí el correo electrónico y leí estas palabras:

“El día de ayer a las 10:30 p.m, el Señor decidió llevarse a su presencia a mi mamá Mónica, quien después de tener un cáncer que nadie conocía, ni ella misma durante un año; partió sin sufrir ningún dolor, mostrando Dios así su amor hacia ella y hacia nosotros”.

Siempre que recibimos la noticia que alguien muere se produce un impacto en nuestra alma. Más aún si esa persona es un ser querido alguien a quien conocimos y admiramos. Leer la nota de la muerte de esta mujer, impactó también mi corazón, ella se dedicó en esta vida a servir al Rey de reyes, quien se la llevó finalmente de una manera dulce y tierna como cuentan sus familiares.

Hablar de la muerte nunca será fácil, pues nadie está preparado para morir.

Aunque es nuestro destino, pero no el fin. Como evidencian las palabras y la paz de las personas que escribieron esta nota porque tienen la certeza de la vida eterna.

Hace poco terminé de leer la novela del escritor portugués José Saramago “Las intermitencias de la muerte”. En su ficción el autor imagina un país donde inesperadamente la muerte suspende su trabajo y la gente deja de morir. ¿Se imagina usted como reaccionaría la gente frente a la perspectiva de una vejez eterna? Pues bien este hecho en la novela primero desata una euforia colectiva, pero luego el caos y la desesperación. Ya que los hospitales con los enfermos terminales, que no morirán colapsan, igual que los asilos de ancianos y varias empresas empiezan a quebrar como las funerarias y las compañías de seguros. Se buscarán entonces formas desesperadas de cruzar la frontera para que los que tengan que morir finalmente mueran. Durante siete meses, que duró la tregua de la muerte se fueron acumulando 62,580 moribundos en ese país. Hasta que la muerte decide retornar y cambiar su táctica, ya no dejar de matar, sino enviar una semana antes una nota escrita de su puño y letra anunciando a la persona su muerte irreversible para que tenga tiempo de arreglar sus asuntos.

Saramago nos entrega nuevamente una novela bien escrita, amena, entretenida con profundas interrogantes filosóficas, pero desde la perspectiva de su ateísmo, donde Dios sigue siendo el gran ausente o el gran indiferente y dónde lamentablemente no hay una respuesta para la humanidad. Haciendo referencia al mismo pasaje bíblico con el que iniciamos el artículo él escribe:

Muerte, dónde está tu victoria, sabiendo no obstante que no recibirá respuesta, porque la muerte nunca responde, y no es porque no quiera, es sólo porque no sabe lo que ha de decir delante del mayor dolor humano”. [1]

Saramago se queda contemplando el dolor de la humanidad y no halla respuesta porque Dios y su palabra no están siendo considerados. Saramago ignora que el apóstol Pablo con esta expresión exaltaba el triunfo de la resurrección de Cristo, mofándose de la muerte, pues Jesús había conquistado para nosotros la vida eterna. Es como dijera: “Hasta ahora hemos sido tus prisioneros, pero ahora se han abierto de par en par las puertas de la cárcel y hemos quedado libres; se acabó tu dominio, se acabaron tus victorias”. [2] Y ésa es la mayor respuesta para la humanidad. Que Cristo venció a la muerte, que podemos tener victoria sobre el aguijón del pecado y que morir para nosotros será ahora pasar a los brazos del Señor.

Leer el evangelio de Juan desde la perspectiva del cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 1:29), del amigo que pone su vida por los que ama (Jn 15:13), del buen pastor que entrega voluntariamente su vida por las ovejas “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar, Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar” (Jn 10:17-18), del Maestro que consuela a sus discípulos antes de partir y les promete una morada junto a él en los cielos (Jn 14:2) y del que finalmente se proclama como “la resurrección y la vida” (Jn 11:25-26) constituye la mejor respuesta a cualquier interrogante acerca de la muerte.

Jesús fue el único ser humano que caminó voluntariamente y concientemente hacia la muerte (Hch 8:32; Is 53:7-11) sabiendo que con su resurrección conquistaría para nosotros la vida eterna. Te animo, querido lector a revisar los pasajes que hemos citado en el párrafo anterior y a leer nuevamente el evangelio de Juan desde esta perspectiva. Y que luego puedas proclamar con tus labios que ¡Cristo venció a la muerte!


[1] José Saramago. Las intermitencias de la muerte. Pg 165.

[2] Comentario bíblico de Matthew Henry . pg 1633.

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